"No nos vamos, nos echan y no hay retorno. Este es el único camino que nos dejan". Con estas palabras anunciaba el presidente del Celta, Carlos Mouriño, que tras fracasar en su intento de comprar Balaídos o conseguir licencia para construir un nuevo campo "a partir de hoy comenzaremos a buscar todas las alternativas fuera de Vigo" para construir una ciudad deportiva con un nuevo estadio fuera de Vigo, "de forma irreversible".

Mouriño compareció ayer a través de las redes sociales del club durante una hora y tras señalar que la sede de Príncipe se inaugurará en "próximas fechas" ya que aunque el estadio se construya fuera ésta permanecerá en Vigo, aseguró que "el proyecto se tambalea, no conseguimos despejar el futuro". El primero de sus muchos mensajes críticos hacia el alcalde de Vigo, Abel Caballero, fue al respecto del anuncio de que el Concello ofrecía al Celta la concesión administrativa de Balaídos. "La rotunda negativa a ese planteamiento se la dimos al alcalde ante testigos antes de que se publicara", dijo el presidente, que alegó que por eso eligió hablar directamente ante la ciudadanía para evitar malentendidos. "No habrá más silencios cómplices", dijo.

En este sentido se preguntó "por qué si rechazo en una reunión" una concesión de Balaídos, "después se presenta diciendo que hay posibilidades. Es una manipulación", dijo.

Los reproches a Caballero no terminaron ahí. Aseguró que el Celta jamás saldrá de Vigo. "Le recuerdo, alcalde, que es el administrador de Balaídos pero no es el dueño del Celta. No seré yo quien le diga cómo llevar el Concello, no sea usted el que me diga cómo y qué hacer con el Celta", espetó.

En su discurso más duro desde que en diciembre inició su ronda de reuniones para explicar su proyecto de futuro, Mouriño preguntó al regidor vigués "por qué tiene ese empeño de no dejar crecer al Celta" e insistió en que en los últimos meses ha trabajado para quedarse en la ciudad. "No nos sentiremos responsables si no somos capaces de conseguirlo, todo sigue en el aire, pendiente de la política y nosotros queremos seguir pensando en grande, las ilusiones siguen intactas por ese futuro que todos deseamos", dijo.

"Con o sin usted trataremos de que el crecimiento del Celta no lo pare nadie y si ese crecimiento no es en Vigo con usted será fuera de Vigo sin usted", aseveró Mouriño, que ve la propuesta de una concesión administrativa como "lo mismo" que se ha recibido del Concello los últimos ocho años, con todos los proyectos de ciudades deportivas, tras "buscar sitios y veinte mil reuniones". "Es dar una patada hacia delante, una pérdida deliberada de tiempo", valoró. "Como vigués me gustaría quedarme en Vigo pero es imposible", dijo.

"No es una pelea entre el señor alcalde y yo. Es un concepto de ciudad que tiene él y un concepto del club que tengo yo. Y no coincidimos", resumió Carlos Mouriño tras insistir en que falta "voluntad política". "Tomamos la determinación de irnos de Vigo porque son ocho años de lucha constante, sin poder avanzar ni un solo paso", reiteró. Por ello, "sin acritud y sin amenazas" subrayó que "el único camino que nos deja hay que explicarlo a la ciudad y es que no nos vamos, es que nos echan y no hay retorno", dijo.

Según precisó, a preguntas de los internautas, hay sobre la mesa "varias posibilidades" en otros ayuntamientos y cifró en 50 millones de euros el coste de un estadio y en 20 la ciudad deportiva. "Queremos hacer un campo en condiciones buenas para los aficionados y para el Celta", dijo. Además, consideró que la salida de Vigo no supondrá una desventaja sino al revés. "Ganaremos socios, tendrán mayor comodidad", dijo para acto seguido recordar que el Espanyol se fue de Barcelona y que el Atlético se irá a la Peineta. En varias ocasiones, avanzó que se tratará de un estadio "decente, sin lujos, muy funcional, con la gente cómoda" y con "buena visibilidad para todos" pero no precisó plazos ni fechas aunque sí avanzó que espera "concretar lo antes posible" las opciones que hay sobre la mesa.