Olvidada la Copa del Rey, eliminado de la Liga Europea y desahuciado en la OK Liga, al Liceo le quedan pocos incentivos para afrontar el final de esta temporada en la que sumará un título, el inicial de la Supercopa de España, que no es poco. Esta falta de ambición sobrevoló ayer el Palacio de Riazor en la sorprendente derrota ante el Manlleu, que sí que se jugaba mucho, tanto como su supervivencia en la máxima categoría. Un resultado que al final no pesó mucho porque también perdieron el Vic y el Voltregá, por lo que el conjunto coruñés sigue cuarto, con cinco de ventaja sobre el quinto y a seis del tercero.

Desde el comienzo del partido se reflejó que sin intensidad iba a ser imposible de doblegar a un Manlleu peleón. Se adelantó Aniol Mangas, aunque empató con maestría Josep Lamas. Grau y Coy pusieron el 2-2 al descanso. Martí volvió a poner a los catalanes arriba y Marc Prat, que dio una lección de cómo lanzar las faltas directas, rubricó la sorpresa con el 2-4. En los cinco últimos minutos pasó de todo. Coy falló un penalti y después Lamas recortó distancia, pero Prat sentenció con una directa aunque quedó tiempo para que Grasas también errara otro penalti.