"Gonzalo era la sonrisa permanente, siempre estaba de bromas, jugando y divirtiéndose en la pista. Estamos desolados". El avilesino Jon Rentería, piloto de karts de 16 años de edad, estuvo hablando con el burgalés Gonzalo Basurto el sábado por la tarde, poco antes de que un desgraciado accidente en el circuito Fernando Alonso de La Morgal (Llanera, Asturias) desembocara en el fallecimiento de este niño burgalés de 11 años en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), durante la madrugada del sábado al domingo. Con enorme entereza, Rentería lamentaba la "fatalidad" que segó la vida de su amigo, "un piloto muy querido por todos". Sin embargo, pese a la gran tragedia vivida, se mostraba dispuesto a seguir adelante en una disciplina deportiva que considera "segura".

La consternación cayó como una losa sobre el circuito de La Morgal desde el mismo momento en que se produjo el fatal accidente. Los compañeros de Basurto no podían simular la enorme tristeza y algunos de ellos, así como varios progenitores, fueron atendidos por un equipo de psicólogos. Entre los más afectados está el piloto alevín con cuyo kart chocó el de Basurto en el trágico percance del sábado.

Gonzalo Basurto estaba realizando la última manga del entrenamiento para el Campeonato de Asturias que se iba a celebrar ayer y que, finalmente, quedó suspendido, cuando impactó con otro kart al tomar una curva. Su vehículo se fue sobre el "piano" que señaliza el final de la pista y salió despedido. La fatalidad quiso que el pequeño cayera de cabeza sobre el asfalto y que el kart se precipitara sobre su cuerpo. El gijonés Lino Collado estaba cerca de la pista cuando se produjo el incidente. Cuando llegó al lugar del percance vio a Basurto tendido en el suelo, "con el cuello muy mal", según relataba ayer a mediodía, aún "impresionado" por los momentos de tensión vividos. Los servicios médicos que estaban en el circuito lograron estabilizar al pequeño, que superó una parada cardiorrespiratoria antes de ser trasladado de urgencia en una ambulancia al HUCA. Su estado ya era crítico.

Los padres, "rotos"

Pese a los esfuerzos de los facultativos, el niño, que había viajado a Asturias acompañado de su padre, fallecía de madrugada. El cadáver permaneció en el centro hospitalario, ya que la familia ha decidido donar sus órganos. Los progenitores han sido tratados por psicólogos. "Están rotos", reconocía ayer, consternado, el presidente de la Federación de Automovilismo, Carlos Márquez Ron.

La intención de la familia era que los restos mortales del pequeño fueran trasladados lo antes posible hasta su localidad natal de Villarcayo, donde la noticia de la muerte del niño, que sentía pasión por los coches y por el fútbol, ha sido acogida con auténtica conmoción. El Ayuntamiento ha decretado luto oficial.

El Campeonato de Asturias para el que se preparaba el pequeño burgalés quedó suspendido nada más conocerse su fallecimiento, de común acuerdo entre la federación y la dirección del circuito. La noticia fue traslada a los pilotos y a sus familiares en una reunión celebrada a primera hora en las instalaciones de karting de Llanera. Después, se guardó un minuto de silencio en la zona de salida de la pista. La cancelación no fue discutida. "Hoy no estábamos para competir de ninguna de las maneras", apuntó Lino Collado, convencido de que, aunque un accidente como el del sábado "le puede pasar a cualquiera", hay que "seguir adelante".

El almeriense Ángel Hernández, que se desplazó hasta Llanera junto a su hijo para participar en el Campeonato de Asturias, emprendía a última hora de la mañana de ayer un "tristísimo" regreso. "Es un accidente, pero te obliga replanteártelo todo, hasta las medidas de seguridad", comentaba Hernández, preocupado especialmente por la familia del niño fallecido y por sus pequeños compañeros: "Están fatal, todos se conocen, son amigos...".