Era su primera participación en la fase de ascenso a Liga Femenina 2 y el Maristas pagó la novatada. Al equipo coruñés se le agotó la magia y solo fue la sombra de sí mismo, de esa versión que le ha llevado más lejos que nunca esta temporada. Algo que pudo verse en el debut frente al anfitrión Lagunak Lakita del viernes y que se prolongó ayer en su duelo contra el Ascensores Tresa, que perdió por 67-79. Segunda derrota y con ello, adiós a cualquier opción de ascenso. Las jugadoras que dirige Fernando Buendía cerrarán hoy (10.00 horas) ante el Megacalzado Ardoi su participación con el objetivo de dar una buena imagen y esperar algún rebote. Quedar lo más arriba posible, pues todavía tiene la opción de ser segundo, puede favorecer a la hora de algún renuncio de los equipos de las categorías superiores.

Si contra el Lagunak el Maristas había jugado su peor partido de la temporada, contra el Gijón lo que le lastró fue el tercer cuarto. Se habían enfrentado cinco veces en lo que va de año los dos equipos y se conocían a la perfección. Fernando Buendía tenía trazado el plan para una victoria que se había puesto todavía más crucial tras la derrota previa del Lagunak frente al Ardoi. Un triunfo coruñés hubiese hecho que los cuatro equipos llegaran a la última jornada empatados a un partido ganado.

Las coruñesas fueron por detrás en el marcador, pero fueron haciendo su trabajo de desgaste, sabiendo que en el conjunto asturiano sus titulares disputan muchos minutos y tiene menos rotación. Poco antes del descanso, el Maristas se puso por delante e incluso tuvo algunas pequeñas ventajas. Esa buena noticia se unió a que las principales jugadoras gijonesas se fueron cargando de faltas, aunque no bajaban su acierto, con una Urdiales que se fue al descanso con casi 20 puntos. Con tres de ventaja para las de Buendía, el plan funcionaba a la perfección.

"Lo teníamos todo preparado para romper ahí y pasó todo lo contrario. Dejamos de anotar y ellas con un quinteto menos habitual se fueron en el marcador. También nos hizo mucho daño la americana Destiny King, que marcó dos triples y unas cuantas canastas que ayudaron mucho a Gijón", analiza el técnico sobre el momento clave del partido, con desventajas de más de diez puntos. En el último cuarto, y ya a la desesperada, el Maristas consiguió ponerse a cinco puntos (65-70), pero no estuvo bien en un par de jugadas y no pudo completar la remontada. "Cuando se genera ilusión, esto puede pasar", asegura Buendía, que tendrá solo unas pocas horas de descanso para reponer física y anímicamente a sus jugadores para poner hoy el broche a una temporada de ensueño. Porque pase lo que pase ya es la mejor de su historia. Y eso ya no se borra.