La polémica por el supuesto fraude fiscal cometido por Cristiano Ronaldo llega después de que el pasado mes de diciembre se conocieran documentos de Football Leaks en los que se aseguraba que el delantero del Madrid se habría aprovechado de la ley Beckham -ya abolida- para tributar menos en España. Esta ley permitía a los deportistas extranjeros tributar sólo el 24,75%, frente al 48% aplicado a las rentas altas, y pagar impuestos solo por los réditos obtenidos en España. Cristiano habría desviado al paraíso fiscal de las Islas Vírgenes Británicas 150 millones de euros de ingresos publicitarios (los conocidos como contratos de imagen) que facturó correspondientes a los años 2009-2020.

El 3 de diciembre de 2015, la Agencia Tributaria abrió a Cristiano Ronaldo una investigación por sus declaraciones de la renta entre los años 2011 y 2013. El delantero del Madrid decidió tributar sólo el 20% de todos sus ingresos generados a través de derechos de imagen hasta 2014 (75 millones de euros, desde 2009). Además, el jugador portugués vendió sus derechos de imagen hasta 2020 por otros 75 millones.