Marta Brañas y Chano Planas hicieron las maletas para viajar a Panamá para que la Potrilla de Arteixo disputara el título Fedecaribe del peso mosca. Lo que se encontró allí fueron golpes, pero psicológicos, tantos que ha decidido poner fin a su carrera como boxeadora profesional y centrarse en sus estudios de Enfermería.

Cuando la oferta del combate contra Carlota Santos llegó a las manos de Planas, este lo estudió y decidió, antes de firmar, ver las condiciones físicas de su pupila, que llevaba 4 meses sin entrenar. "La vi en un buen estado de forma y sabía que en tres semanas y media le daría tiempo a estar en condiciones de competir y dar el peso", explica su entrenador y mánager. Ambos se desplazaron a Panamá con toda la ilusión del mundo pero las cosas empezaron a torcerse tras la primera rueda de prensa. "No nos ponían planning, querían que corriésemos a las 5 de la mañana o entrenar a las 3 de la tarde, cuando había 40 grados", comenta indignado.

Y eso no fue todo. El promotor, Manuel Pérez Barreiro, citó a Planas y Brañas para hacer cambios en la contratación. "Quería comprar el 50% del contrato de Marta porque la quería tener en su equipo y llevarla al Campeonato del Mundo. Nos ofrecía unas cantidades ridículas". El no de Chano fue rotundo: "Pretende subirse al carro cuando Brañas ya tiene media carrera hecha. Lo que nos ofrecía no era nada atractivo, se reía de nosotros. Ya había contactado con nosotros hace un mes y también le dije que no", recuerda. Una respuesta que no gustó al promotor, que les dijo además que debían hacerse cargo de las tasas del combate en Panamá. Y eso que Pérez Barreiro aún no había pagado uno de los dos billetes de avión que adelantó Planas.

Al día siguiente, volvieron a reunirse. Y fue cuando el sueño de Marta pasó a convertirse en una pesadilla. "Nos enseñó el contrato y no figuraba mi nombre, solo el suyo y me chantajeó diciendo que no me daba el dinero del billete ni habría pelea si no firmaba", dice aún atónito. Así fue cómo se rompió el acuerdo entre ambos. "Es un impresentable. No es de fiar", añade Planas.

De todos modos, la pelea seguía adelante. En el momento del pesaje, el promotor no apareció pero sí estaba el presidente de la Federación Panameña. "Al llegar allí nos dicen que Pérez Barreiro no paga las tasas y que podemos pelear igual pero sin título en juego". Marta se negó y su entrenador la apoyó. Pero los organizadores criticaron la actitud de la Potrilla de Arteixo, que se pasaba 600 gramos de su peso. "Si ese es el problema, no os preocupéis que yo cumplo", les respondió Marta, que en chanclas se dirigió al gimnasio del hotel y se subió a la elíptica hasta llegar al peso idóneo para competir. Pero el no continuó. "Nos dijeron que habíamos incumplido un contrato con el promotor y yo pedí que lo demostrasen. No podían, así que nos fuimos al hotel a esperar", relata.

Después de 24 horas en la habitación, el abogado de la competición, Sergio González, les comunicó que no habría velada porque nadie pagaba los derechos. "Llamé a mi hermano y me dijo que la Federación Gallega nos apoyaba y se hacía cargo de las tasas", confiesa. A los cinco minutos, la respuesta seguía siendo negativa. "Decían que Barreiro no quería que compitiésemos". Y ahí acabó la aventura de Planas y Brañas en Panamá. "Es culpa de un impresentable", resumió el entrenador de la púgil.

La decepción empañó el regreso a casa. La Potrilla decidió poner fin a su carrera profesional con una mezcla de tristeza y rabia. "El enfado lo veo un poco desproporcionado porque esto no es culpa del boxeo", aclara Chano, que comprende los pasos que ha dado su pupila. "Lo entiendo y apoyo su decisión", señala. Lo que no le gusta a su técnico es que cargue contra el boxeo profesional, porque ha conseguido mucho en este deporte y también ha celebrado muchos éxitos. "Cuando se le pase el calentón, que se le pasará, hablaré con ella. Tiene toda la razón en algunas cosas pero creo que no debería acabar así su carrera", finaliza Planas.