Mauricio Pellegrino abandonó el Alavés con una misteriosa despedida en la que no aclaró los motivos de su marcha tras el éxito cosechado con un club recién ascendido que alcanzó la gloria con la disputa de su primera final de su historia.

El técnico argentino llegó al club vitoriano con el reto de mantener en la máxima categoría a un equipo que había conseguido un crecimiento tan vertiginoso como el descenso a los infiernos que sufrió hace 10 años y que le colocó al borde de la desaparición.

El desafío está completado con creces, pero el entrenador no ha dado opción a mantener en el club alavés su modo de ver el fútbol en próximas campañas.

Pellegrino vivió su segunda etapa en las filas del Alavés, después de un primer ciclo en el que disputó sus últimos partidos como jugador profesional debido a los problemas físicos.