A pesar de ser de Oviedo, Toni Pérez se siente en A Coruña como en casa. La proximidad con su tierra hace que su familia viaje con asiduidad, incluso compartió ciudad con su hermano Gonzalo, también jugador de hockey sobre patines, cuando este jugó en el Cerceda. Pero el asturiano no se dedicó solo a su deporte. Hizo amigos en el Básquet Coruña, por lo que se le pudo ver en varios partidos. Pero del que realmente se hizo seguidor fue del Deportivo. Los Riazor Blues, de hecho, ya se despidieron de él la semana pasada en el último partido del conjunto blanquiazul en Riazor, en el que sacaron una pancarta con el lema Toni Pérez, un de nos. También en las celebraciones del Liceo era uno de los más animados. Cuando los verdiblancos ganaron la Champions por segundo año consecutivo en 2012, primer título continental para el delantero, sorprendió en la recepción en el ayuntamiento con un rapado de pelo prácticamente al cero. Sus relaciones con los otros equipos gallegos también fueron excelentes, con colaboraciones con muchos de ellos. De hecho, era frecuente verle en las gradas de partidos de categorías inferiores, siempre que sus compromisos con el primer equipo se lo permitían. Es difícil encontrar a una persona que hable mal de él. Y ese legado será el que quedará.