Golden State Warriors y Cleveland Cavaliers disputarán a partir de hoy las Finales de la NBA, las terceras consecutivas entre las franquicias de Ohio y California, en su busca por el anillo que proclame al campeón en una temporada que ha puesto de manifiesto la increíble superioridad de ambos equipos frente al resto.

Con el recuerdo del primer título en la historia de los Cavaliers la pasada edición, siendo el primer equipo capaz de remontar un déficit de 3-1 en contra en unas Finales, LeBron James y su ejército se plantan ante una nueva oportunidad, la sexta consecutiva para el rey, de hacer historia contra unos Warriors invictos en postemporada y que cuentan con la baza del explosivo fichaje de Kevin Durant el pasado verano.

Sin embargo, siendo la primera ocasión en la historia de la liga que dos equipos repiten presencia en la última serie de la temporada tres veces consecutivas, los de San Francisco cuentan con mejores efectivos que nunca para reclamar la hegemonía de una liga en la que ningún equipo parece capaz de hacerle frente y que hace dos años consiguió su primer anillo para la franquicia en 40 años.

La serie, que se inicia hoy en el Oracle Arena de Oakland, cuenta con todos los alicientes para ser considerada una de las mejores de la historia de las Finales, con once jugadores nombrados All-Stars entre los dos equipos.

Sin rastro de lesiones o problemas relacionados con faltas técnicas, que marcaron los dos enfrentamientos anteriores, la figura de Kevin Durant parece ser la clave diferencial de esta serie al mejor de siete partidos.

James, en principio, será su emparejamiento defensivo, aunque sería complicado creer que la estrella de los Cavs pueda mantenerse detrás del alero por toda la cancha, por lo que es probable que un Kevin Love al alza también lo trate de parar.

Además, habrá un bonito duelo en la dirección del juego co Stephen Curry y Kyrie Irving, que están protagonizando una postemporada para enmarcar.