En una competición de la categoría del CSI4* A Coruña, que todo salga perfecto será fruto del gran esfuerzo y la cooperación de los que trabajan en las instalaciones de Casas Novas. En Arteixo son unas 120 personas las que, en diferentes responsabilidades, hacen posible que participantes y público disfruten de este espectáculo.

La confianza de unos en otros hace posible el éxito de un evento que, cada verano, congrega a una media de 4.000 visitantes diarios, con un total de 15.000 invitaciones que se reparten en las oficinas de turismo de A Coruña y de Arteixo.

El próximo fin de semana se celebra la trigésimo cuarta edición de este concurso hípico, y el laborioso proceso de organizar un evento internacional comprende desde el trabajo administrativo de inscripciones y órdenes de salida, hasta la supervisión del estado de la arena en cada momento.

El equipo de pista lo componen una veintena de personas, al igual que el de jueces y oficiales. Otro grupo numeroso es el responsable de protocolo y apuestas, con otros 20 trabajadores. Completan el staff los servicios generales: chóferes, y monitores de las actividades de animación infantil.

Mayor ocupación hotelera

La ocupación hotelera ha ascendido a más de 160 habitaciones, entre los dos hoteles de A Coruña y el de Arteixo destinadas a jinetes, acompañantes, patrocinadores, jueces y oficiales. No solo los jinetes y trabajadores consumen en Casas Novas; los caballos consumen aproximadamente más de 1.600 pacas de viruta y siete toneladas de heno, pienso y zanahorias durante los días de competición.

Uno de los trabajos más decisivos es el de los oficiales. Ellos son los encargados de controlar el proceso de la competición, mientras que los comisarios supervisan la participación y los jefes de pista diseñan cada recorrido.

Por último, el jurado se centra en validar la competición y registrar las incidencias. En las pruebas internacionales hay un juez extranjero, de la Federación Ecuestre Internacional, que hace un informe de la prueba. El equipo del sistema de crono, no es parte de los oficiales, pero es esencial para su trabajo.

Lo mismo sucede con el speaker, conocedor a la perfección de los detalles y trayectorias de todos y cada uno de los jinetes y de los caballos. Él es el encargado de trasladar al público esa información y de contagiar la emoción de cada una de las pruebas.