Durante la tercera jornada del Campeonato del Mundo de natación en Budapest se batieron cuatro récords del mundo. Dos de ellos, del británico Adam Peaty. Y eso que todavía no era la final. El inglés sorprendió en las eliminatorias de la mañana de 50 braza con un registro de 26.10, que rebajaba en tres décimas su propia plusmarca. Y por la tarde, en semifinales, rompió una nueva barrera al nadar por primera vez en 25 segundos (25.95). Hoy tendrá una nueva oportunidad para arañar unas décimas en la final, en la que es el favorito único a colgarse el oro, el que sería el segundo en este campeonato donde ya ganó la prueba de 100.

Otro récord fue el de Kilie Masse en 100 espalda. La canadiense se había quedado a seis centésimas en las semifinales (58.18). En la final, la lucha por el oro con la estadounidense Kathleen Baker y la australiana Emily Seebohn la empujó a limar un poco más ese tiempo hasta dejarlo en 58.10, dos centésimas menos que la anterior plusmarca que databa de la era del poliuretano.

Por último, Lilly King se llevó el oro en 100 braza ante su archienemiga Yuliya Efimova y, de paso, un nuevo récord del mundo (1.04.13). La estadounidense y la rusa no se hablan desde Río, cuando la americana atacó con dureza a Efimova por su polémica participación tras haber dado positivo.