Cuando tenía 16 años, Federica Pellegrini asombró al mundo con la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004. El próximo sábado cumplirá 29. Han pasado 13 años y siete Campeonatos del Mundo y ya es un mérito que la italiana siga compitiendo, pero lo que no tiene nombre es que siga ganando. Es la única nadadora -récord absoluto, pues ningún hombre, ni Michael Phelps, lo ha conseguido- de toda la historia que se ha subido a siete podios mundialistas seguidos en la misma prueba, sus 200 libres. Porque ya serán suyos para siempre. Y si no lo eran todavía, ayer dejó para siempre ligado su nombre con la mejor victoria de su vida. Ganó y lo hizo contra todo pronóstico, con sorpresa al batir a la intocable Katie Ledecky, que no perdía una carrera prácticamente desde la guardería. En su palmarés solo había oros hasta que se encontró con la mejor Federica. Pellegrini, que atravesó una mala racha después de Londres 2012, siempre vuelve. La clase y la elegancia. La velocidad. La estrategia. La perfección. Una leyenda.

Plata en los Juegos de Atenas 2004 -Katie Ledecky tenía en ese momento 6 años-. Plata en el Mundial de Montreal 2005 y bronce en el de Melbourne 2007. Oro en los Juegos de Pekín 2008. Oro en Roma 2009 con récord del mundo que sigue vigente. Oro en Shanghái 2011. Quinta en los Juegos de Londres 2012. Plata en Barcelona 2013 y en Kazán 2015. Cuarta en los Juegos de Río 2016. Y oro en Budapest 2017. Una serie que hay que acompañar con cuatro títulos europeos consecutivos desde 2010. Federica Pellegrini es mucho más que aquella niña prodigio que encandiló con su desparpajo en la final de Atenas, donde solo le superó la rumana Camelia Potec. O la que protagonizó escándalos como robarle el novio a su máxima rival, la francesa Laure Manaudou. Se quitó de encima esa imagen frívola, de niña mimada, y se ganó el respeto de la piscina.

Porque no es fácil recuperarse de dos decepciones olímpicas consecutivas, la de Londres y la última en Río. Tras 2012 decidió pasarse a nadar espalda hasta que de nuevo volvió a sentir el flechazo con los 200 libres. Tras 2016, por su cabeza incluso pasó la retirada. Ella siempre vuelve. Es la mujer en los cuatro largos a crol, considerada la prueba reina de cada campeonato. Porque hay que tener velocidad y resistencia, y mezclarlas con la estrategia. Fue la combinación de las tres lo que le llevó ayer al oro. Dejó que fuera la australiana Emma Mckeon la que llevara el peso en la primera mitad. Esperó con paciencia su momento, que llegó después del tercer viraje. Iba cuarta. Y entonces apareció su fulgurante final. Nadó un segundo más rápido que el resto de las siete finalistas, incluso que Ledecky, para ganar a la americana y la aussie, que compartieron la segunda plaza.

La tarde iba de clásicos, porque en la final de 200 mariposa el duelo fue entre el húngaro Laszlo Cseh, gran ídolo local, y el sudafricano Chad le Clos. Cayó, por unas décimas, de lado de este último, célebre por adelantar en la última braza a Michael Phelps en Londres 2012. Le Clos, campeón, levantó la mano de Cseh y le señaló. Después, en el podio, no pudo contener las lágrimas tras unos años duros en los que tanto su padre como su madre tuvieron que luchar contra el cáncer.

Menos problemas tuvo Adam Peaty para ganar su segundo oro en Budapest, esta vez en 50 braza y sin récord del mundo tras machacarlo en las semifinales. La sorpresa llegó en los 800 libres. El chino Sun Yang, vencedor de 200 y 400, dijo basta. En una carrera lanzada por Gregorio Paltrinieri, fue el otro italiano, Gabriele Detti, siempre a la sombra de su compatriota, el que se impuso. Gran jornada para Italia. Por último, en el novedoso relevo de 4x100 estilos mixto, triunfo de Estados Unidos con récord del mundo que también había conseguido en las eliminatorias.

Belmonte, a la final

Para España, grandes noticias para Mireia Belmonte, que se clasificó con 2.06.71 para la final de 200 mariposa con el tercer mejor tiempo. La prueba en la que es campeona olímpica parece muy abierta. Todas las candidatas, entre ellas la húngara Katinka Hosszu, que había quedado quinta minutos antes en los 200 libres, estarán hoy en la lucha por las medallas y todas tienen opciones de ganar. La española intentará hacer valer su gran esprint en el último largo. Ayer le faltó poco para superar así a la alemana Franziska Hentke, autora de la mejor marca mundial del año y del tiempo más rápido de las semifinales (2.06.29).