La quinta jornada del Campeonato del Mundo deparaba la final de la prueba reina de la velocidad, los 100 metros libres. Una distancia para los hombres más grandes, musculados y, sobre todo, rápidos. Y entre ellos, el que más, el estadounidense Caeleb Dressel. Había sido el mejor en los relevos, pero había decepcionado en 50 mariposa tras deslumbrar en eliminatorias y semifinales. Esta vez no dejó que nada le perturbara. Hizo una salida espectacular, se puso en cabeza y que me pille quien pueda. Lo intentaron el francés Mehdy Metella y el australiano Cameron McEvoy. Lo pagaron caro en los últimos metros, en los que otro estadounidense les pasó volando. Doblete con Dressel, que rozó el récord del mundo con 47.17 -es 46.91 de la era del poliuretano- y plata para otro que nunca falla, Nathan Adrian. Metella se quedó con el bronce.

Buena jornada para Estados Unidos que también ganó el 200 estilos de la mano de Chase Kalisz, el denominado por el propio Michael Phelps como su sucesor, y el relevo de 4x200 libres femenino, el cuarto oro de Katie Ledecky. La otra campeona de la jornada fue la brasileña Etiene Medeiros en 50 espalda.