Esta vez, el bombo europeo no fue complaciente con el Madrid. Pese a partir como primer cabeza de serie, el actual campeón cayó en un grupo con dos clubes de ligas poderosas, el Borussia Dortmund y el Tottenham. Tampoco el Atlético podrá despistarse, ya que además del Chelsea tendrá enfrente a un clásico de Europa, la Roma, en una nueva etapa marcada por el secretario técnico, Monchi. El hueso del Barça se llama Juventus, mientras que los otros dos rivales -Olympiacos y Sporting- parecen un peldaño por debajo. El Sevilla cayó en el grupo del Spartak de Moscú, pero del bombo 3 llegó uno de los más difíciles, el Liverpool.

El Borussia Dortmund ya relegó el año pasado a la segunda plaza del grupo al Madrid, aunque ahora el panorama ha cambiado: el campeón parece más fuerte que nunca y el equipo alemán puede perder en las próximas horas a una de sus figuras, Dembélé. El Tottenham, desde la llegada de Pocchetino al banquillo, es un equipo competitivo, capaz de disputar la Liga a los grandes ingleses, aunque también ha perdido uno de sus puntales, el lateral derecho Kyle Walker, traspasado al Manchester City por 51 millones de euros.

Los caprichos del bombo han juntado a dos equipos con cuentas pendientes en el campo y en los despachos. El Atlético eliminó al Chelsea camino de su segunda final europea y en los últimos años han intercambiado jugadores. Ahora se cruzan en plena negociación por Diego Costa, descartado por Conte. Son los dos favoritos del grupo C, pero tendrán que lidiar con la Roma de Monchi, que de momento ha concentrado sus fichajes en defensa: el serbio Kolarov y el mexicano Héctor Moreno.

Al partir en el bombo 2, el Barça corría riesgo de caer en un grupo mortal, pero salió bastante bien librado. Tendrá que lidiar con el subcampeón, Juventus, pero los otros dos rivales tienen más nombre que potencial: el Olympiacos y el Sporting de Portugal. En ambos, con viejos conocidos: Alberto Botía, Marko Marin y Diogo Figueiras, en el campeón griego; Jeremy Mathieu y Fabio Coentrao, en el Sporting portugués.

Los representantes en el sorteo del último equipo español en entrar en la fase de grupos, el Sevilla, pasaron de la euforia a la preocupación al conocer cuáles iban a ser sus rivales. Mientras que le tocó un cabeza de serie asequible (Spartak), por el otro lado le llegó un Liverpool, al que su escaso coeficiente UEFA le condenó a compartir bombo con equipos como Basilea, Olympiacos y Besiktas. El tercer rival, el Maribor esloveno.

En el resto de grupos sin presencia española el atractivo emparejamiento que medirá al Bayern y al PSG de Neymar en el grupo B centra gran parte de las miradas. Anderlecht y Celtic completan el cuarteto en el que habrá una dura pugna por ser primero de grupo. Más fácil parece tenerlo el Manchester United de Mourinho en su regreso a la Liga de Campeones, ya que se enfrentará a Benfica, Basilea y CSKA de Moscú. Shakhtar Donetsk, Manchester City, Nápoles y Feyenoord y AS Mónaco, Oporto, Besiktas y el novato RB Leipzig cierran el cuadro de honor de una batalla en la que habrá mucho nivel.