La selección española buscará despedir a su capitán, Juan Carlos Navarro, subida en el podio y con una medalla de bronce en el cuello, ante la selección de Rusia en la que sobresale la calidad de Shved.

El partido por la medalla de bronce (16.00 horas, Cuatro) quizá sea el más complicado de un campeonato, casi más que la final. La calidad de los participantes es tanta como la de los que se disputarán lo más alto del podio y, además, hay que añadir el aspecto psicológico de tratar de superar en pocas horas la decepción de no luchar por el título.

España tiene otro ítem más. Será el último partido de su capitán, Navarro. Y todos desean hacerlo, como dijo Ricky, "como Dios manda, desde el podio".

Conseguir un bronce es ya un objetivo por sí mismo y de una dificultad que, quizás, se minusvalore entre algunos aficionados por la excepcional trayectoria del equipo en los últimos once años.

España, que llegó con una trayectoria inmaculada, sin perder un partido, hasta semifinales, se encontró con una Eslovenia en estado de gracia en el tiro de tres puntos, lo que unido a su inhabitual falta de puntería dio con su suerte en la lucha por la tercera plaza. Sin entrar en otras cuestiones.

Enfrente estará Rusia, desaparecida del podio desde 2011 en que fue, precisamente, bronce. Aleksei Shved es su gran líder. El máximo anotador, el que más tira y el que decide casi todo.

La selección rusa tiene un triángulo básico de jugadores con Shved, Timofey Mozgov, el pívot de los Brooklyn Nets en la NBA, y Andrey Vorontsevich, el alero del CSKA de Moscú, y otros cuatro jugadores que se reparten minutos en el perímetro, Kurbanov, Dimitrii Kulagin, Fridzon y Zubkov.

Estos siete jugadores disputan más del noventa por ciento de los minutos y el cansancio puede ser otro de los aspectos que acaben por decantar un partido que se presenta muy igualado. También, y esta vez a favor de España, está que los rusos tendrán un día menos de descanso y recuperación.