Un estresante ejercicio de supervivencia terminó sin un solo punto para el Atlético de Madrid, derrotado en la última jugada del partido, con el gol de Batshuayi, pero desbordado mucho antes, por momentos de forma apabullante, por el Chelsea, dominador y ganador de todos los aspectos del encuentro.

Ni siquiera el 1-0 del conjunto rojiblanco en el primer tiempo, con un penalti transformado por Griezmann, alteró un duelo que siempre se movió al ritmo que quiso y propuso Hazard y el equipo británico, que igualó a la hora del choque por medio de Morata antes del golpe definitivo. Y merecido.

Muy pocas veces en la era Simeone, el Atlético ha sufrido tanto un partido y menos aún sentirse tan maniatado.