Los finales son importantes, pero los comienzos también. Y por eso el Liceo celebró ayer tanto su victoria en Noia (2-3). Porque se le puso muy cara pese al dominio por 2-0. Porque el Ateneu Agrícola será para el resto de equipos una cancha difícil para puntuar. Y porque verse ya de inicio con una ventaja que remontar a sus rivales por poblar la zona noble de la tabla hubiese sido un gran contratiempo.

Le cuesta más hacer gol a este Liceo. Y eso que tuvo buenas oportunidades, sobre todo en el primer tiempo. Carlo di Benedetto y Sergi Miras, las mejores. El gol, en cambio, llegó de forma más fortuita con un disparo desde media cancha de Eduard Lamas que pegó en el palo y se fue para dentro de la portería local.

Nada más comenzar el segundo acto llegó el segundo, de Marc Coy, también con protagonismo del palo. Lanzó un penalti, la bola dio en la portería y el rechace le quedó franco para batir a Xus Fernández. El Noia despertó. Esteller les guió. Había sido un muro en defensa y anotó el primero. Le secundó Nil Roca. La victoria la firmó Josep Lamas, también con algo de suerte en el rechace de una directa. Y la apuntaló Malián al detener la directa a Casas.