El Leyma rozó la victoria ante el Unión Financiera Baloncesto Oviedo, pero sólo con la puntita de los dedos. El equipo de Gustavo Aranzana cayó ante el mejor equipo de la categoría, 71-76, dejando en los jugadores un regusto amargo. La ínfima aportación del banquillo, sólo cuatro puntos por los veintiuno de los suplentes rivales, castigó demasiado al Leyma. A pesar de tener grandes momentos defensivos a lo largo del partido, dependió demasiado del quinteto inicial.

Los cinco de salida hicieron un gran encuentro pero se vieron superados en varias ocasiones del choque encajando parciales anotadores muy duros como un 0-14 mediado el primer cuarto, o el 2-16 letal en los primeros cuatro minutos del último parcial. Pero a pesar de estos correctivos puntuales, la actuación general del conjunto naranja no fue mala, sobre todo teniendo en cuenta que enfrente estaba una de las mejores plantillas de la liga, con jugadores que tienen calidad digna de la ACB.

Los jugadores del Leyma Básquet Coruña comenzaron muy concentrados el encuentro ante el ogro de la LEB Oro, el Oviedo. En el primer cuarto los naranjas mantuvieron el ritmo de anotación del rival, e incluso consiguieron una canasta triple más que ellos. Además, la dominación en los rebotes ofensivos permitió a los coruñeses mantenerse cerca en el marcador.

Ambos equipos tuvieron un altísimo nivel defensivo y en varios momentos de los primeros diez minutos el electrónico no se movió durante más de sesenta segundos. Al primer descanso se llegó con ventaja visitante por tres puntos, 20-23 pero con una igualdad tremenda bajo las dos canastas.

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El Leyma pierde en cuatro minutos

En el segundo parcial, el equipo de Aranzana mantuvo una gran concentración y empezó endosando al rival un parcial de 6-0, robando balones e interceptando pases. Mike Torres dirigía al equipo acertadamente, y Dimitry Flis se gustaba bajo el tablero coruñés. Con el Leyma entonadísimo llegaba el tercer cuarto. Llegaban diez minutos para enmarcar y no olvidar nunca. La defensa impenetrable dispuesta por el técnico de los coruñeses servía para que Oviedo tardase seis minutos y medio en conseguir su primera canasta, y además se quedase con un parcial de 19-8 en estos diez minutos.

Con esta superioridad defensiva, los coruñeses llegaban al último cuarto con nada más y nada menos que diez puntos de ventaja y con la moral por las nubes. Pero todo lo que sube baja, y cuanto más alto se está más dura es la caída. Y así fue.

Comenzó el último cuarto y acabó en menos de cinco minutos. Oviedo presionó, defendió con intensidad forzando a los jugadores del Leyma a agotar las posesiones y a desperdiciar muchos tiros sobre la bocina. Con este panorama, el conjunto coruñés encajó un 2-16 letal que rompió la ilusión de la grada y del banquillo en mil pedazos.

El domingo será otro día, y el Río Ourense Termal otro rival.