El Maristas, cuando se gusta, es una máquina de anotar, de defender y, por supuesto, de ganar. Ayer el conjunto coruñés jugó uno de esos partidos pletóricos y maniató al Avilés Basket, uno de los equipos llamados a decir algo importante en Primera Nacional. El resultado, 82-45, habla por sí solo. Una victoria, la tercera en tres jornadas que van de competición, que además mejora el sabor de boca de la semana pasada, en la que, pese al triunfo en Cantabria, las sensaciones no habían sido buenas.

"En el anterior partido no habíamos hecho cosas bien en defensa, pero salimos con otra mentalidad y la verdad es que las chicas lo hicieron muy bien. Con parciales de 12-0 y anotando con fluidez, conseguimos grandes ventajas, incluso sin anotar durante varios minutos en el segundo cuarto, cuando el Avilés se puso en zona y nos costó", analiza Rubén Vázquez. "En el tercero nos metieron 20 puntos, más que en la primera parte entera, pero en cuarto de nuevo estuvimos muy bien. Estoy muy contento con el equipo", concluye el entrenador de un Maristas que la próxima jornada visita al Fodeba.