Empacho de goles en la sesión vermú. Hasta once marcó ayer el Liceo al Asturhockey. Sin piedad contra los vecinos recién ascendidos. Ni siendo familia, por aquello de los primos hermanos. Los verdiblancos querían dar una buena imagen porque era el primer partido de la OK Liga ante su afición. El espectáculo no faltó, si bien el rival tampoco puso mucha oposición. Solo cuando marcó el 2-1, propiciado por un error de César Carballeira en el centro de la pista, hizo cosquillas. El resto del encuentro pareció una competición entre los propios jugadores locales de a ver quién marcaba el mejor gol.

Se lucieron, sobre todo, Sergi Miras y Eduard Lamas, perfectos en la definición. También David Torres, que abrió y cerró la goleada. Marcaron todos salvo Carlo di Benedetto, sin fortuna ayer el francés, y el canterano Mikel Abeal, que entró solo en los últimos minutos. También lo hizo el portero suplente Martín Rodríguez para que el Liceo terminara el partido con cinco coruñeses sobre la pista del Palacio de los Deportes de Riazor: Martín, los hermanos Eduard y Josep Lamas, David Torres y Abeal.

La historia del encuentro no fue otra que la de una sucesión de goles. El dominio del Liceo fue absoluto. Más ritmo, más velocidad, más puntería. El Asturhockey está pagando la novatada en este inicio de curso porque el salto que ha dado en dos años, en los que ha pasado de la liga autonómica a la máxima categoría, hace temblar las piernas. Encajó nueve en la primera jornada ante el Barça. De A Coruña se fue con once y eso que el portero se lució en varias fases del partido. Los asturianos, no obstante, han demostrado que son competitivos porque ascender desde Primera no es nada fácil. Y siempre es bueno para el hockey que haya más equipos de fuera de Cataluña.

Con once goles, se vieron de todos los colores. De inverosímiles jugadas individuales como Miras y Eduard Lamas, que también anotó una directa; con oportunismo, caso de Coy en el tercero, que metió el stick en el medio del área; el misil de Carballeira y al segundo palo como Torres y Josep Lamas, que se entendieron a la perfección. Una alta efectividad que pone al Liceo ya segundo por detrás del Barça.