Prigioni fue presentado como entrenador del Baskonia el pasado 23 de junio en un movimiento que generó una ilusión pocas veces vista en Vitoria, pero que se ha desvanecido tras 125 días de pruebas y obstáculos en forma de lesiones hasta llegar a su dimisión ayer.

Tras la primera victoria ante Estudiantes en la segunda jornada de la Liga, la puesta en escena baskonista fue perdiendo enteros y el grupo no logró mostrar su alma y el carácter que ha sido santo y seña del club.

Así, el cordobés decidió, honestamente, dejar su puesto a otro entrenador, a su juicio, "más cualificado".