Una más, ayer en Arenys de Munt (0-4), y ya son cinco los triunfos que lleva el Liceo en este inicio de OK Liga en el que se ha quedado a solas con el Barcelona, también invicto, en la lucha por el liderato. Ninguno ceja en su ritmo, aunque parece que mientras los verdiblancos van de menos a más, a los azulgranas les está costando más ganar en las últimas jornadas -ayer solo 0-1 en Caldes-. En poco más de una semana, el sábado 11, ambos se verán las caras en el Palau Blaugrana, pero antes habrá dos partidos por el medio. El sábado arranca la Liga Europa, que lleva a los coruñeses hasta Italia para medirse al Lodi. Y el martes, competición doméstica en la que recibirán en el Palacio al Caldes.

El Liceo ya ha hecho parte de sus deberes. Seguramente en las cuentas de Juan Copa está la de llegar con pleno de puntos al duelo en la cumbre contra el Barça. De momento, el plan está saliendo a la perfección. Sus jugadores hicieron ayer un ejercicio de paciencia en Arenys de Munt porque no pudieron resolver hasta la recta final pese a que el primer tanto, de Dava Torres, llegó pronto, en el minuto 4. Pero después el conjunto dirigido por Marc Comalat no lo puso nada fácil. Defendió muy bien, muy cerrado, a veces en zona y aunque los verdiblancos dominaban, no conseguían distanciarse en el marcador. Ni de penalti, fallado por Sergi Miras. Aunque veinte segundos después Malián frenó también a Marc Roca desde el punto de la pena máxima. Otra vez la bola parada como una penitencia.

El 0-1 era como una bomba a punto de estallar. En cualquier despiste o en un momento de inspiración local se podía desvanecer la ventaja. Además el Liceo se estaba cargando de faltas. El partido estaba abierto, más en el marcador que sobre la pista. El Arenys intentó asustar en el comienzo de la segunda parte, pero más a la contra y con disparos lejanos. Pudo empatar de falta directa tras la décima falta liceísta, pero no era el día de los delanteros en este tipo de acciones. Illa se estrelló con Malián, que como siempre dio una tranquilidad vital desde la portería.

Seguridad atrás y potencia delante, una combinación que terminó dando sus frutos. Como en la jugada del segundo gol. Tras hasta tres remates en el área, el Arenys despejó, Carballeira robó en el centro de la pista, se la pasó a Edu y este asistió a Coy, que en un trallazo cruzado marca de la casa firmó el 0-2. Un respiro porque el Liceo estaba penalizado por las faltas. Cuando cometió la 15, pasase lo que pasase, que fue que Domenech se lió ante Malián, sabía que seguiría con ventaja. Tampoco aprovechó su directa, de Edu. Di Benedetto primero y Torres ya a quince segundos para el final y con una bonita jugada personal, sí supieron sentenciar.