Las derrotas en la Liga de Campeones (Tottenham, 3-1) y en el campeonato doméstico (Girona, 2-1) han instalado al Madrid en la senda de la duda sólo unos meses después de haber arrancando de manera arrolladora la temporada ganando la Supercopa de España y de Europa con brillantez. Transcurridas diez jornadas de Liga y con la fase de grupos del torneo europeo a punto de cerrarse a falta de dos partidos, los merengues presentan síntomas -algunos de ellos vienen arrastrándose desde hace tiempo- que de no corregirse pueden convertirse en pecados mortales para el campeón de Europa.

1. La falta de la pegada. Es el problema en el que desembocan todos los demás. Juegue mal o bien, el Madrid genera todos los partidos un puñado de ocasiones que no acaba de convertir. Cristiano Ronaldo -estuvo sancionado los primeros partidos de Liga- sólo ve puerta en Europa y Benzema está en sus horas más bajas: ni marca ni asiste. A estas alturas en la campaña anterior -diez partidos en Liga y cuatro en Liga de Campeones- los de Zidane llevaban trece goles más (40 entonces, 27 ahora). Ahora se añoran los goles de Morata (20 en toda la temporada, uno más que Benzema) que se fue al Chelsea para ser titular.

2. La sala de máquinas, anegada. En las últimas jornadas la zona de creación merengue ha mostrado una baja forma alarmante. Modric y Kroos no son capaces de darle el ritmo necesario al equipo para que pueda sacar a relucir su pegada arriba. Tampoco Casemiro pasa por sus mejores tiempos, quizá cansado de tener que multiplicarse para tapar las falta de compromiso defensivo de los arriba. Una situación que se puede resumir con la histórica frase que se le escuchó decir en tiempos al capitán Fernando Hierro, exentrenador del Oviedo, en un partido en Balaídos ante el Celta. "Estoy hasta los huevos de correr para todos", les espetó a sus compañeros tras un mal partido en el campo vigués.

3. Ansiedad contagiosa. Ronaldo comienza a desesperarse por no marcar y sus agobios parece que se están trasladando al resto de la plantilla. Se nota cierta desesperación y ansiedad cuando se fallan un par de pases. Y sin olvidar que al eterno rival le van las cosas mucho mejor de lo que se esperaba tras el culebrón Neymar, el criticado fichaje de Paulinho y la lesión de Dembelé.

4. La segunda unidad ya no es lo que era. Si algo se destacó del Madrid de Zidane de la temporada pasada fue su fondo de armario. El galo apostó por las rotaciones y la estrategia le salió bien. Pero ahora ya no están Pepe, James y Morata, e incluso Mariano, ahora goleador en el Lyon. E Isco ya es titular, cuando a lo largo de la temporada pasada era uno de los primeros en la lista del plan B. "Todos los jugadores que se fueron este verano nos hacían más fuertes", dijo Ronaldo al término del partido en Wembley ante el Tottenham. El propio CR7 explicaba que los nuevos -Ceballos, Mayoral o Llorente- "son el futuro, pero son jóvenes y se nota la (falta) experiencia".

4. Las lesiones también juegan. Son pocas las jornadas en las que Zidane ha podido contar con toda su plantilla. Arrancó la campaña sin Cristiano. Y luego se han ido sumando a la lista de bajas Bale -a pesar de sus problemas físicos el galés ha aportado tres goles en nueve partidos-, Carvajal, Kovacic (un recambio de garantías para el centro del campo) y ahora Keylor Navas, al que Casilla no puede hacer sombra.

5. Zidane, gestor de vestuario pero no de pizarra. El francés ha demostrado saber cómo tener contentos a todos los suyos -los resultados ayudaron bastante- pero no ha tenido la misma habilidad a la hora de realizar modificaciones tácticas a lo largo de los partidos para cambiarle la cara al equipo cuando las cosas se ponen feas. En Wembley varió sobre la marcha el sistema para situar a Casemiro como tercer central y permitir a los laterales correr la banda. La cosa no salió bien. Se le afea que el cambio del dibujo no vino acompañado del relevo de jugadores.

6. Buena suerte, mala suerte. La flor que le achacan a Zidane ha entrado en modo otoñal. El Madrid ha pasado de ganar partidos gracias a los conocidos ataques de furia en el último minuto a perderlos como pasó ante el Betis. Tampoco está teniendo suerte con los arbitrajes.

7. Distraídos por el oropel. Curiosamente, las derrotas ante el Girona y el Tottenham llegan después del baño de masas que el entrenador y la columna vertebral del equipo se dieron en los premios The best de la FIFA. Entre medias, partido de Copa que los blancos ganaron gracias a dos penaltis dudosos.

8. Carrusel de renovaciones. El miedo al dinero de los jeques llevó a Florentino a atar a sus principales estrellas a comienzos de temporada. De aquella, el Madrid iba lanzado a por el sextete.