En diez días el Liceo ha jugado cuatro partidos, es decir, doscientos minutos, y recorrido casi cuatro mil kilómetros entre A Coruña, Barcelona, Lodi (Italia) y la vuelta a casa. Pero no hay nada que frene a este equipo insaciable. Las cuentas estaban claras. Llegar con pleno de victorias al Palau Blaugrana y deshacer allí el sábado el empate en la cima de la OK Liga, ya un exclusivo mano a mano entre coruñeses y culés. La ecuación estuvo a punto de romperse, pero no por el lado de los verdiblancos, que desde que en el minuto uno David Torres abrió el marcador ante el Caldes dejaron claro que el de ayer en el Palacio de los Deportes de Riazor iba a ser otro trámite más. Fueron los azulgranas los que pasaron más apuros en su feudo contra el Girona, que mandaba por 0-2 al descanso y se puso 1-3 en la segunda parte, lo que forzó a los de la Ciudad Condal a una remontada en diez minutos (4-3). La victoria azulgrana mantiene el puso entre gallegos y catalanes. Seis jornadas y seis triunfos para ambos, pero con ventaja para el Liceo gracias al golaveraje. Su balance es de 34 tantos a favor y nueve en contra. El Barça ha marcado y encajado seis y cuatro menos (28-5).

Los números son impresionantes en uno y otro bando. Pero no dejan de sorprender los de un Liceo que despertó dudas con el cambio de entrenador y que, aunque fichó muy bien en verano -Sergi Miras, Eduard Lamas y Martín Rodríguez- parecía que le faltaría gol. Partía, no obstante y como siempre hace, en la lista de favoritos, pero siempre un peldaño por debajo del Barcelona. De momento las fuerzas están muy igualadas pero son los verdiblancos los que van en línea ascendente. Juan Copa está sabiendo apretar las teclas. La de ayer contra el Caldes fue una nueva demostración de fuerza. En la portería, con un Xavi Malián que cortó cualquier atisbo de reacción visitante. De juego, con un movimiento de bola muy rápido y variedad de tácticas ofensivas, que hace que finalicen casi todas las jugadas. De físico, superiores en todo momento pese al tute que llevaban encima los jugadores. Y de capacidad rematadora, apartado en el que se está luciendo especialmente un renovado David Torres.

El coruñés fue el que estrenó el marcador. No habían pasado ni treinta segundos desde el saque de centro -un récord que batió en el inicio de la segunda parte, cuando marcó a los dos segundos-. Repitió con un disparo fuerte a los seis. Casi sin oposición el partido estuvo finiquitado. Solo peligró con el 2-1 de Ferrán Rosa, un tanto que fue rápidamente respondido por Sergi Miras, en el mismo minuto; y por la acumulación de faltas liceístas. Ocho a siete del descanso. Pero Josep Lamas hizo el cuarto antes de pasar por vestuarios, nada más volver Torres subió el quinto al marcador mientras que en defensa los coruñeses aguantaban sin cometer infracciones. La décima no llegó hasta cuando solo quedaban tres minutos para la bocina. Es decir, en 28 solo cometieron dos. Con todo decidido, los goles de Rovira y Galbas maquillaron el resultado para el Caldes pero también llegaron para el Liceo los de Josep Lamas y Carlo di Benedetto. Lo que ningún equipo acertó fue en la bola parada. Miras falló un penalti y los hermanos Lamas, sendas faltas directas. Las estadísticas ya son 0 de 4 y 1 de 9 respectivamente. Un lujo que los verdiblancos no se podrán permitir contra el Barça.