La selección española cierra un esperanzador 2017, año que vuelve a ilusionar a todo un país con lograr algo grande en un Mundial, con dos amistosos de preparación, el primero en una Rosaleda que se llenará ante Costa Rica, selección clasificada también con brillantez y que desea repetir protagonismo.

Mientras que en la selección española lo deportivo camina por el sendero adecuado para volver a estar entre las selecciones candidatas a la gloria en la cita mundialista de 2018, fuera de los terrenos de juego no hay una concentración tranquila para Julen Lopetegui.

El seleccionador se ha convertido en un experto en capear polémicas, sin que afecten a los resultados, y conseguir que sus jugadores se enfoquen sólo lo deportivo. Con el tema político de trasfondo y el rechazo de gran parte de la afición a Gerard Piqué ya en un segundo plano, ahora llegó un nuevo debate nacional con la camiseta del próximo Mundial. España juega en Málaga con la única intención de silenciar todo con goles y buen fútbol.

Lo hizo en la fase de clasificación, firme en un grupo duro y mandando a Italia a la repesca con clara superioridad. Esa imagen la quiere extender ante Costa Rica. Está previsto que Julen Lopetegui apueste por su equipo de gala a la espera de los regresos de Dani Carvajal y Diego Costa. Mientras tanto, en sus demarcaciones se reivindican Álvaro Odriozola, soplo de aire fresco para el fútbol español, y Álvaro Morata, que agarra con fuerza el nueve con su rendimiento en el Chelsea, aunque llega al duelo con ligeras molestias.

Dos jugadores pueden disputar en Málaga sus primeros minutos como internacionales absolutos. Kepa Arrizabalaga, en el punto de mira de los grandes con su continuidad en el Athletic más en el aire que nunca, y Luis Alberto, el arte gaditano de un futbolista que lidera al Lazio con su fútbol, resucitado de su momento más bajo el pasado curso hasta acariciar su sueño.

Con De Gea en la portería y una defensa formada por Odriozola, Piqué, Sergio Ramos y Jordi Alba, todo indica que Busquets escoltará a Thiago y Andrés Iniesta, con un ataque, que sería sorprendente, si se cumple lo probado por Julen Lopetegui. Isco lo lanzaría con Luis Alberto y Rodrigo en punta.

El encuentro será especial para Isco, profeta en su tierra y querido en La Rosaleda, que llega como uno de los referentes del juego con Lopetegui al mando. Indiscutible, sintiéndose importante y respondiendo con buen fútbol.

La selección de Costa Rica se enfrentará a España por tercera vez en su historia. Anteriormente, saldó sus compromisos ante la Roja con un empate a dos goles en San José y derrota por 2-1 en León.

El partido será el primero de los dos que va a disputar el combinado de Costa Rica en su gira europea, ya que el martes se enfrentará a Hungría en Budapest, y le servirán de preparación para Rusia 2018, para el que tan brillantemente consiguió la clasificación.

Su objetivo es repetir el papel del último Mundial, en el que fue la selección revelación. Primero pasó como líder el grupo que integraba junto a Uruguay, Italia e Inglaterra, y luego superó por penaltis los octavos ante Grecia y cayó eliminada en la tanda final ante Holanda, tras empatar en cuartos.

Costa Rica tendrá las bajas de jugadores importantes como su gran estrella y referente, Keylor Navas. Tampoco estarán Joel Campbell y Bryan Ruiz por lesión.