El Liceo perdió en el Palau Blaugrana y se dejó el liderato, que ocupa ya en solitario un Barcelona al que le salvó su mayor efectividad y, sobre todo, la actuación de su portero. Sergi Fernández fue un muro y desquició a los verdiblancos, que pese a que fueron superiores en la primera parte no encontraron la fórmula de superar sus dominios y se encontraron una y otra vez con su figura. Los goles azulgrana fueron minando la moral del equipo visitante. Y es que fue un partido que el Barça cocinó a fuego lento.

Los locales dejaron que el Liceo se desgastase en el arranque. Les pudo costar muy caro, porque no le faltaron ocasiones a los verdiblancos para adelantarse. Protagonismo para los Sergis. Miras, porque tuvo dos oportunidades clarísimas para abrir el marcador: una contra de dos para uno en la que acabó estrellando la bola contra el palo y un penalti. En este último, su tocayo Fernández le ganó la batalla psicológica. Se conocen muy bien. Al portero le gusta demorar el lanzamiento, pero el liceísta hace tiempo que no se arredra y se la devuelve con la misma moneda. Se quejó de que la bola se movía, pero no fue suficiente. Su disparo fue raso y centrado y pilló al guardameta bien colocado sin moverse del suelo.

El ex del Barça, del Vendrell y del Sporting era, junto a Eduard Lamas, el jugador más incisivo del Liceo, muy desequilibrante con velocidad en las internadas por la banda. Pero no servía para inquietar a los culés pese a que casi todas las ocasiones fuesen de un equipo. En el minuto 11 Juan Copa optó por un triple cambio. Metió a la vez a sus tres jugadores de banquillo -Coy, Di Benedetto y Carballeira- y el Barça fue paulatinamente ganándole terreno al partido, que ya se jugaba más en la cancha azulgrana. "¡Vamos que estamos tremendos!", arengaba sin embargo el entrenador coruñés en uno de los tiempos muertos.

Las indicaciones técnicas dieron aire al Liceo, que recuperó parte de su presencia en ataque. En una contra, César Carballeira consiguió lo que nadie hasta entonces, introducir la bola en la portería. Batió en el mano a mano a Sergi Fernández, pero Xavi Barroso, que había acompañado la jugada, movió y ladeó la portería y los árbitros no dieron por válido el gol. Se iba el cumpliendo el guión de todos los Barça-Liceo. Dominio. Fallo a bola parada. Intervención arbitral. Moría la primera parte y el Liceo se confió. Josep Lamas hizo un mal pase en el centro de la pista. Un error que se cobró Sergi Panadero para chutar a la escuadra y subir el 1-0 justo antes del descanso.

Si psicológico es marcar justo antes del paso por vestuarios, ni qué decir tiene hacerlo justo al inicio de la segunda parte. Y el Barça lo hizo además de forma muy fácil. Pau Bargalló asistió a Matías Pascual que a placer anotó el 2-0 en el segundo palo. Sin tiempo para recuperarse del golpe, llegó el tercero en una acción individual de Pablo Álvarez. Si fuera un combate de boxeo, el Liceo estaría noqueado, tambaleándose sobre el ring. Tuvo unos minutos que fueron complicados. Algunos jugadores se quedaron tocados, fuera del partido más que dentro. David Torres era una isla en ataque, demasiado solo como para hacer la guerra por su cuenta pero encima cada vez que lo intentaba se encontraba a Sergi Fernández, lo que aumentaba su frustración. El Barça se gustaba.

Pero no remató y eso dejó abierto el partido para la recta final. El Liceo, cuando se dio recuperado, dispuso de una directa por medio de Coy que tampoco pudo mejorar las estadísticas a bola parada. Malián, por su parte, también dejó en seco a Lucas Ordóñez desde la directa. El argentino pudo sentenciar a continuación, pero la bola dio en el palo. Con este panorama, llegó el gol verdiblanco. Di Benedetto asistió para que Coy rematara en el segundo palo. El 3-1 fue un aliento para que el Liceo buscase lo imposible en el tiempo que quedaba, alrededor de diez minutos. Tuvo ocasiones, lo intentó de todas las maneras. Pero era el día de la mejor defensa, sobre todo de Sergi Fernández, y no el del mejor ataque. El meta azulgrana marcó las diferencias. El Barça se queda líder en solitario y como el único equipo invicto. Siete de siete y 21 puntos. El Liceo sigue como su perseguidor, ya a tres. Pero esto sigue, no hay tregua. Queda mucho y no hay nada ni ganado ni perdido.