El Leyma Coruña consiguió el sábado una gran victoria en Palma de Mallorca ante el equipo local, pero la noticia del día ya había saltado antes, durante el vuelo del equipo a tierras baleares. El capitán Ángel Hernández, recién acabada la carrera de Medicina, fue el protagonista del día al ayudar a un pasajero de avanzada edad que estaba sufriendo un amago de infartoÁngel HernándezMedicinapasajero amago de infarto. "Esto está teniendo una trascendencia que no me esperaba", reconoció el jugador del Leyma, quien prosiguió contando lo ocurrido, "habían pasado quince minutos del despegue y yo iba viendo una película con los cascos puestos cuando mi compañero Jorge Sanz me tocó en el hombro y me dijo que estaban pidiendo personal sanitario por megafonía. Un señor que estaba en la parte delantera del avión se había desmayado y había perdido la consciencia. Cuando llegué había dos doctoras que tenían controlada la situación. El señor recuperó rápidamente la consciencia. Fue un síncope pero como era una persona de avanzada edad que sufría del corazón, la tripulación decidió aterrizar en Santander".

Ángel no es nuevo en eso de lidiar con momentos complicados, pero sí lo es enfrentándose a estas situaciones sin un superior a su lado. "Acabé la carrera en verano, pasé mucho tiempo en el hospital y vi situaciones de todo tipo, mucho más graves que ésta. Pero sí era la primera vez que me enfrentaba a un problema sin supervisión. Los doctores tenían bastante controlado el asunto, pero estoy muy contento de haber reaccionado bien".

El jugador almeriense del equipo naranja ha vivido estos últimos años entre la universidad y las canchas de juego compaginando sus dos pasiones, la medicina y el baloncesto. "Muy fácil no ha sido. Desde pequeño siempre tuve muy clara la vocación de ser médico y en mi casa me inculcaron que los estudios siempre tienen que ir por delante de lo demás. En este camino se cruzó el baloncesto, mi otra gran pasión. Conseguí terminar la carrera aprovechando muy bien el tiempo, estudiando en los viajes de vuelta de los partidos, sin dormir por las noches? Y cuando empecé las prácticas me pasé en el hospital todo el tiempo libre que me dejaba el equipo. Tengo mucho que agradecer a los médicos del Chuac, a la Universidade de Santiago y también al club, sobre todo a Tito Díaz, que nunca me puso ningún problema sino todo lo contrario. Todos sabían de mi situación perfectamente y me ayudaron. Fue difícil porque no he tenido tiempo libre en estos años pero sarna con gusto no pica. Siempre he tenido muy claro que quería estudiar medicina y estoy muy contento de haberlo podido compaginar. Ahora tengo que preparar el examen MIR (Médico Interno Residente) para empezar la especialidad cuando lo considere oportuno. Está complicado, pero a mí me gustaría especializarme en cardiología", reconció el escolta del Leyma.

Y hablando sobre la trayectoria del equipo en lo que va de temporada, Ángel Hernández explicó: "Desde el principio de la temporada supe que las cosas no iban a ser fáciles. La pretemporada fue corta, había muchos jugadores nuevos y el entrenador nuevo. Empezamos con muchas dudas y con lesiones pero el equipo fue cogiendo ritmo. Lo que se ve ahora no tiene nada que ver con el que se vio a principio de temporada, y tenemos que seguir en esa línea para poner a A Coruña donde se merece, entre los cinco o seis primeros", opinó el jugador naranja.

Sobre qué fue lo que hizo cambiar la dinámica del equipo, Hernández no encontró un momento exacto, "el punto de inflexión fue cada día en cada entrenamiento. Solo necesitábamos tiempo. Y con las victorias todo se ve mejor".