El Villarreal perdió en Butarque un partido sin azúcar y el Leganés le mostró el camino al Deportivo, que visitará el domingo a los castellonenses. El conjunto madrileño rentabilizó al máximo su único tiro entre palos. En el minuto 50, Amrabat machacó a Pau en un balón dividido y batió a Barbosa por bajo.

El Leganés de Garitano custodió el tesoro del 1-0 con orden y tesón, replegado para sostener el amago de reacción del equipo de Calleja, que hubo de recurrir en vano a Bacca, Fornals y Rodri, suplentes de inicio en la ida de los octavos de la Copa.

Deberá remontar el Villarreal en la Cerámica. Para ello deberá afinar puntería. Los amarillos también tiraron solo una vez entre palos. Amasó un gran volumen de juego y generó bastantes situaciones de peligro. Muy pocas se convirtieron en verdaderas ocasiones.

Dominó todo lo que quiso. Trigueros es tan bueno porque se la queda y no la pierde. Esa es la característica principal del tipo de centrocampista que ha dominado el fútbol en la última década. Trigueros espera, gira y elige. Ayer desplazó a Ramiro del foco de la salida, y el Villarreal dominó con cuajo y poderío. Trigueros con el imán: lo mejor del primer tiempo nació a su alrededor, creció a menudo con el toque de Dani Raba y murió cerca de Enes Ünal, de vuelta tras su cesión al Levante. El turco dejó pasar ocasiones de gol, saciado antes del primer bocado.

Le faltó fe en dos centros al espacio de Cheryshev. Le faltó colmillo en una carrera que tenía ganada frente a Siovas, el central del Leganés. Le faltó dar un puñetazo sobre la mesa para alumbrar la sombra del ausente Bakambu.

No fue un gran partido, pero tampoco fue malo. Si al descanso se llegó sin goles fue básicamente por falta de remate. El Leganés no tiene a Ünal sino a Amrabat en punta y fue el que decidió.