La halterófila española Lydia Valentín se mostró "feliz" por vivir un "acto muy especial" con la entrega de la medalla de plata obtenida en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 tras las suspensiones por dopaje de tres de sus rivales y dejó claro que quiere "lo mismo, nada más" que aquellos que son subcampeones o campeones olímpicos.

"Estoy muy contenta, feliz. Por fin tengo la medalla de Pekín, nueva. Ha sido un acto bonito, muy especial para mí. Ahora a juntarla con la de Río y esperando que se me entregue la de Londres, vamos cerrando capítulos, que ya tenía ganas", admitió Valentín, que estuvo "todo el rato emocionada", a los medios.

La leonesa dejó claro que "en ningún momento" tuvo "dudas" de que recibiría la presea. "Sabía que Alejandro Blanco iba a luchar por esta medalla. Si hay un positivo no hay marcha atrás y hay que retirar la medalla", remarcó, quitando importancia a recibirla casi diez años más tarde porque "el caso se destapó tarde" y hubo "temas burocráticos". "Son procesos que tardan", zanjó, aclarando que espera "tener este año" el oro que le corresponde de Londres 2012.

"Creo que no hubiera sido lo mismo in situ y cuando llegas a tu país con una plata que sin ella. Hice la preparación de cuatro años en un deporte minoritario sin ayudas, de una manera diferente que si la hubiese tenido", prosiguió.

Por ello, demandó lo que le corresponde. "Me siento subcampeona en Pekín y campeona en Londres, quiero lo mismo, nada más, es lo único que me que se me puede dar ahora. Para mí, lo más importante es el sentimiento, que la gente se emocionara conmigo y que hice un trabajo espectacular, pero eso lo he perdido", subrayó la haltera leonesa.