Al Liceo le tocó el guión más cruel en uno de los partidos más importantes de lo que va de temporada. Recibía ayer en Elviña II a un Girona que marcaba la línea de salvación por lo que ganar significaría mantenerse en la lucha por la permanencia en la OK Liga y perder, complicarse mucho el objetivo. Las verdiblancas no entraron bien al encuentro, al que les costó encontrar el pulso. Cuando lo hicieron, ya iban perdiendo por 0-2. Lara Yáñez inició la remontada y Naiara Vaamonde puso la igualada. Quedaban solo cuatro minutos pero el conjunto coruñés no lo dudó. Ya solo se jugaba en una cancha y las liceístas disfrutaron de ocasiones muy claras para haberse puesto por delante, entre ellas un par de contras en superioridad. La bola no entró y cuando ya se daba por bueno un empate como mal menor, y restándole al duelo tan solo 25 segundos, el Girona no perdonó y marcó el 2-3. Desmoralizador. Con esta derrota el Liceo se queda a siete puntos de la permanencia y con el ánimo por los suelos.

Remar para morir en la orilla, un clásico en el deporte que se repite una y otra vez. Pero cuando a uno le toca sufrirlo en sus carnes el tópico se vuelve un plato envenenado difícil de digerir. El conjunto verdiblanco sabía que era un partido vital por más que todavía le queden 14 jornadas de competición por delante. El duelo era directo y una oportunidad para reengancharse, no solo en puntos, a la liga en un inicio de curso en el que el ritmo ha ido a trompicones, sobre todo en comparación con la temporada pasada en la que, como debutantes, las coruñeses fueron la revelación e incluso se clasificaron para la Copa de la Reina.

Dada la importancia del choque, el arranque local no estuvo a la altura. Un poco temerosas, las verdiblancas lo intentaron a través de las internadas solitarias de María Sanjurjo y Lucía Yáñez, pero cedieron el dominio al Girona y el 0-1, de Elena Ruiz, fue la consecuencia. En lo que restó de primera parte el Liceo probó los reflejos de la guardameta visitante, que tuvo un par de intervenciones de mérito para impedir el empate, por lo que se llegó al descanso con la derrota por la mínima. El conjunto de Stanis García necesitaba una dosis de energía para el segundo acto.

Nada cambió y sí el resultado, ya que Laia Castro anotó el segundo. El 0-2 ya obligaba a arriesgar al máximo. Se dio un paso adelante, si bien el gol se seguía resistiendo. Cambió la dinámica Lara Yáñez. Recogió una bola que quedaba muerta, se dio la vuelta y fabricó un gol que insufló vida a su equipo. La tendencia solo fue una. El Liceo atacando... y fallando. No se rompió ni con la azul a Castelo ni con el penalti de Sanjurjo. Naiara marcó el segundo y entonces se desató la locura. Una tras otra las coruñesas malgastaron sus opciones. Katy paró el primer aviso del Girona. El segundo fue el 2-3. Quedaban 25 segundos. Stanis optó por el juego de 5. Pero el guión de gesta se convirtió en el de pesadilla.