BeIN LaLiga cobra 9,90 euros al mes por ver nueve de los diez partidos de la jornada en Primera División y toda la Copa del Rey y la Champions League en alta definición además de comentaristas de primer nivel, repeticiones desde todos los ángulos, rótulos y estadísticas. En la OKLigaTV, servicio de la Federación Española de Patinaje para emitir el hockey sobre patines, el precio es de 7,95 y la mayoría de los fines de semana hay que rezar mientras te conectas con la incertidumbre de si será posible seguir el encuentro durante más de dos minutos sin interrupción.

Tras un primer año de prueba, pero igualmente de pago, se exigía que la OKLigaTV diera un paso al frente esta temporada. No comenzó con buen pie. En las primeras jornadas fue imposible cualquier tipo de conexión. La Federación pidió disculpas y trabajó para mejorar el sistema. Supuestamente arreglado, las quejas en las redes sociales van en aumento partido tras partido por la escasa calidad de la imagen, los paros continuos y la poca profesionalidad de los comentaristas.

No quiero tirar piedras contra el tejado de nadie. Me he intentado poner en casi todas las posturas. La intención de la Federación Española al poner en marcha este servicio es loable pues la presencia en televisión, aunque sea online, se traduce en aumento de la afición además de ser un paso hacia la modernización de una disciplina muchas veces criticada por haberse quedado en otra época. Es un lujo poder seguir todos los partidos de la competición en directo y tener disponibles los vídeos de ellos a posteriori.

Eso en la teoría. En la práctica se complican las cosas. ¿Veo todos los partidos? Sí. Claro que en ocasiones lo de ver se queda en un eufemismo. La calidad de la imagen es cuestionable. A veces cuesta distinguir incluso el número de las camisetas de los jugadores, reducidos a sombras. En ocasiones me he apañado porque reconozco por la figura a los del Liceo e iba intuyendo quién llevaba la bola. Otras veces la conexión va a trompicones, cortándose cada poco tiempo. Una vez la retransmisión comenzó más tarde porque la hora estaba mal programada.

Sobre los comentaristas, no conozco su curriculum pero mucho me temo que la mayoría serán personas que están allí por amor al arte. La Federación obliga a que cada equipo de la OK Liga ponga los medios técnicos y físicos para que cada partido que juegue como local pueda ser retransmitido en directo vía streaming. La mayoría de los clubes no tiene recursos y acaba tras el micrófono algún voluntario. Puedo entender que no tengan por qué saberse el nombre de todos los jugadores del equipo contrario (¿será tan difícil pronunciar César Carballeira?) y que su postura sea cualquier cosa menos imparcial. Lo que sí es inadmisible son las burlas, los tacos y las expresiones malsonantes. "Sexo anal" repetido hasta la saciedad se coló en un momento de la emisión del Asturhockey-Liceo del pasado sábado. No es horario infantil, pero seguramente habría niños en sus casas viendo el partido.

Y los usuarios, perdón, los abonados, echando chispas. Si se paga se exige profesionalidad, profesionalidad a la que entiendo que la mayoría de los clubes de la OK Liga no pueden aspirar. ¿De quién es el problema? De cualquiera menos del espectador. En LEB Oro, segunda categoría nacional de baloncesto, todos los partidos de la jornada se ven en abierto de forma gratuita. Cuando el sistema falla, las quejas tampoco se hacen esperar. Siempre contesto lo mismo: "Si te sirve de consuelo, los de hockey sobre patines estamos igual y encima pagando". No estoy diciendo que la OKLigaTV tenga que ser gratis. Solo lo que cae de cajón en cualquier transacción comercial: pagar y recibir.