Potencia. Concentración. Flexibilidad. Variedad de movimientos infinita. Velocidad. Y toma de decisiones. La escalada potencia todas estas cualidades por eso es uno de los deportes en auge, tanto que se estrenará en los próximos Juegos Olímpicos, que se disputarán en Tokio en 2020. A Coruña no es ajena a esta moda y desde hace unos años el aumento de practicantes es constante. Un pilar en este crecimiento es la escuela base de escalada y montaña de la Agrupación de Montañeros Independientes, la única hasta 2018 que existía en Galicia, en la que 30 niños entre 6 y 18 años se inician en esta modalidad que les prepara tanto para el deporte como para la vida.

"A nivel físico es uno de los deportes más completos porque se practican muchas habilidades como la fuerza, la flexibilidad y la variedad de movimientos es infinita", señala Mariquiña Castiñeira, que entrena a los jóvenes en el rocódromo de Riazor en dos sesiones a la semana. Pero también se ejercita otro músculo muy importante, el cerebro. "Se estimula la imaginación, la toma de decisiones tiene que ser rápida y además se consigue que incluso los niños con problemas de atención se centren más", continúa. Todo repercute en que aumenta la autoestima cuando se superan.

Lo más difícil, según Castiñeira, es que los niños "se fíen del material". "Es seguro, pero tienen que entender que las cuerdas son seguras y que resisten su peso", indica. Después, que consigan mantener la calma. "Muchos quieren ir muy rápido, pero hay que avanzar poco a poco y para ello es necesario mucha técnica", analiza. Esto es lo que permite que no haya mucha diferencia entre niños y niñas. "La técnica y la mente suplen a la fuerza", indica. Lo importante es que cada uno escale a su nivel: "Ojalá que saliera un niño de aquí que llegara a los Juegos Olímpicos, pero no es nuestro objetivo. La competición no es un fin en sí mismo sino escalar aunque seas malo". Pese a todo, los resultados comienzan a llegar. El equipo coruñés, formado por David Morán y Pablo López, logró la victoria el fin de semana pasado en la primera edición del Trofeo Moonboard Cidade de Ourense.

La Asociación de Montañeros Independientes tiene más de 30 años de vida, pero desde 2010 su actividad se ha multiplicado. En ese tiempo se pasó de 50 socios a las 420 fichas federativas con las que cerró 2017. Amplió su oferta habitual a la escuela tanto para adultos como la de niños; una colaboración con el Ayuntamiento para que los niños de los colegios visiten el rocódromo y reciban una clase; y un proyecto social patrocinado por Emalcsa para colectivos en riesgo de exclusión social. Mejoras en el rocódromo -en Galicia no hay mucha roca, aunque el Dique les sirve para entrenar- y una sala de iniciación son sus retos para un futuro prometedor.