Nacieron con solo dos minutos de diferencia, primero ella y después él. Y pocas veces se han separado desde entonces. Aunque recalcan que tienen sus diferencias, tanto físicas como de personalidad, los hermanos mellizos María y Álvaro Hernández van de la mano incluso hasta el podio. Los dos se proclamaron subcampeones de España sub 15, ambos en la categoría de peso superior, para más de 75 kilos en el caso de una y más de 85 en el del otro. Y los dos no se conforman y afirman que en el próximo campeonato lucharán por subir un escalón y colgarse el oro nacional. La halterofilia se cruzó en sus vidas hace solo dos años, pero para quedarse para siempre. Han encontrado su pasión y de nuevo juntos pelearán por hacerse un hueco en la elite nacional e internacional.

Nacidos en Venezuela hace 14 años -cumplirán 15 el próximo 18 de febrero-, de su país natal solo conservan un bonito acento y las costumbres que les arraigaron sus padres. Porque ellos llegaron a A Coruña cuando solo tenían pocos meses de vida y sus raíces están aquí. Su historia con el deporte pasó por varias fases. "Todo juntos", señalan a la vez. Probaron el aikido y el patinaje. "Pero no era lo nuestro", bromea Álvaro. La natación había sido la modalidad que más les había enganchado. "Estuvimos cuatro años", precisa María.

Eso hasta que Ferenc Szabo se cruzó en sus vidas. El húngaro, el gurú que ha conseguido que la halterofilia gallega sea un referente a nivel nacional, hace captación de talentos en los institutos. Les hizo unas pruebas, les vio posibilidades y los llamó para formar parte del exitoso grupo del Club Halterofilia Coruña que entrena en las instalaciones de la Casa del Agua. "Yo fui de casualidad, solo para acompañar a mi hermano", apunta María, que de la pareja es la que lleva la voz cantante. "Vimos que éramos buenos, que se nos daba bastante bien", añade Álvaro, mucho más tranquilo. "Me encanta la adrenalina que se siente y que con el mínimo esfuerzo se notan mucho los cambios y puedes ir cumpliendo objetivos", analiza ella sobre por qué la halterofilia es el deporte que más les cautivó. Álvaro dice que para él son "las competiciones, cómo te apoya la gente, cómo te motivas para superarte y la alegría de cuando lo consigues".

Dos años después de sus inicios, el nivel alcanzado por ambos es tal que los ha llevado al podio del Campeonato de España. Y eso que María Hernández tenía a una dura competidora en su categoría. Solo le superó su compañera de equipo, amiga y referente Irene Blanco, que batió cinco récords de Europa sub 15, dos de España sub 17 y veinte de Galicia en la ocasión. "Ella es una de las personas en las que más me fijo, pero también Lydia Valentín -campeona del mundo y de Europa y medallista olímpica- y, sobre todo, Carmenza Delgado -abanderada colombiana en los Juegos de Atenas 2004 y afincada en Galicia desde hace más de una década-. Ella es para mí como una diosa", desvela. Álvaro se queda también con compañeros de entrenamientos: "Me gustaría ser como Petr Nagy -húngaro que entrena en A Coruña-. Lo hace muy bien. Y Víctor Castro y su hermano Carlos son también una gran referencia de cómo haber bien las cosas".

Tienen planes de futuro. "Yo quiero ser campeona de España y clasificarme para el Campeonato de Europa, creo que puedo conseguirlo, que tengo posibilidades", dice ella. "Yo también quiero ser campeón de España", contesta él, que es más cauto en cuanto a la posibilidad de acudir con su hermana a la cita continental: "Hay que ser realistas, hay que ir poco a poco y paso a paso". La actividad en la sala de halterofilia de la Casa del Agua es frenética. El ruido, intenso. Los deportistas hacen sus levantamientos y ejercicios bajo la atenta mirada de Szabo. Por sus manos han pasado multitud de campeones. Ya los tiene hasta a pares.