Una semana más, una jornada menos. El Liceo va paso a paso, tachando fechas del calendario. Sin prisa, pero sin pausa. El Palafrugell visita el Palacio de los Deportes de Riazor (12.30 horas) en uno de esos partidos a priori fáciles pero de los que sirven para sumar, sumar y sumar para guardar para tiempos peores y para no ser menos que el Barcelona, que ayer se impuso al Vendrell (5-1) y durmió como líder de la OK Liga. De hecho, los verdiblancos necesitan ganar para volver a ponerse al frente de la tabla clasificatoria y para recuperar su ventaja de un punto sobre el conjunto azulgrana. El título de la OK Liga parece un mano a mano en el que nadie quiere ceder, menos sin ser en los enfrentamientos directos entre los contendientes.

Parece que en 2018 al Liceo le están costando más los partidos, que no es tan extremadamente superior como en el término de 2017, cuando ganaba todos sus partidos con una facilidad casi insultante. Los rivales, por más que parecieran duros y temibles, no eran más que un juguete entre sus manos. El arranque del nuevo año trajo la primera derrota en casa, contra el Voltregá, pero también una importante y valiosa victoria contra el Noia, y otra a domicilio frente al Asturhockey, no tan aplastante como la de la primera vuelta, además del triunfo en la Liga Europea frente al Dinan francés. El Palafrugell será un nuevo test y la oportunidad de recuperar ese ritmo infalible, también teniendo en cuenta que ya empieza a asomar en el horizonte uno de los objetivos de la temporada, la Copa del Rey, que se disputará en Lloret del 22 al 25 de febrero. Es decir, queda menos de un mes y cuatro partidos.

El rival lucha por objetivos más modestos. En su primera temporada en la elite, la permanencia es su meta, aunque se le va escapando. No pasa por una buena racha el conjunto que dirige Xavier García, que no gana desde principios de diciembre. Precisamente el último equipo al que se impuso fue al Voltregá, el único que ha ganado este año en el Palacio de los Deportes de Riazor. No darán nada por perdido los catalanes en su visita a la pista coruñesa, pero seguramente jugarán sus cartas, se cerrarán y dejarán hacer al Liceo, intentando aguantar el chaparrón y aprovechando sus oportunidades.