España se proclamó campeona de Europa al vencer a Suecia en la final del torneo celebrado en Croacia, primer oro continental para España en su quinta oportunidad, después de una final en la que los jugadores de Jordi Ribera aplastaron a su rival en la segunda parte.

España, campeona del mundo en 2005 y 2013, alcanzó la gloria continental para reclamar los focos del mejor balonmano. La progresión de los últimos Europeos, cuarta en 2012, bronce en 2014, plata en 2016, culminó con el ansiado título para los Hispanos. Los suecos aspiraban a recuperar terreno entre los mejores, 16 años después, pero los de Ribera impusieron su experiencia y calidad.

Los Hispanos se fueron al descanso con un 12-14 en contra y una falta de fluidez fruto del desparpajo de la joven Suecia, con un gran Appelgren bajo palos (11 paradas). Sterbik igualó y mejoró esa actuación en la segunda media hora y España amasó una renta que no dejó de crecer, sacando su mejor versión, para destrozar a una Suecia impotente.

Esas paradas de Appelgren en los compases iniciales provocaron el cortocircuito español. Los de Ribera encontraron dudas en su ataque, poca fluidez que deparó errores y pérdidas que dieron alas a Suecia.

Los amarillos demostró su desparpajo durante el torneo y, con cuatro goles, Ferran Solé sacó también su descaro para sofocar el incendio al descanso (12-14). Pese a las 11 paradas del meta rival, las sensaciones encontradas de una España incapaz de mandar, los de Ribera no perdieron los nervios y esperaron su momento. El golpe español llegó en el segundo tiempo.

Sterbik impartió cátedra para poner a España en igualdad de condiciones con las acciones Appelgren. La doble campeona del mundo se activó desde el cambio en defensa al 5-1 y el parcial fue demoledor para los suecos. Los jugadores de Ribera dieron la vuelta a la final y pusieron la directa hacia el ansiado oro con Ariño, Balaguer y Entrerríos.

Kristjan Andresson buscó soluciones al cambio de guion pero fue España quien se encontró a sí misma (20-15). Sterbik, refuerzo exprés y de lujo para el lesionado Pérez de Vargas, terminó de desquiciar a los suecos, llenos de pérdidas y sobrepasados, y España se marchó (25-17) a diez minutos del final. Un final cómodo para saborear la gloria esquiva en 1996, 1998, 2006 y 2016.