"Si hubiese sabido cómo era todo esto, me habría venido a Estados Unidos mucho antes. No puedo estar más contento con esta experiencia". A Jorge Callón (A Coruña, 1994) le ha cambiado la vida de la noche a la mañana. De A Grela a Nueva York. El canterano del Deportivo, ex del Silva, vive sus primeros días como estudiante de la Universidad de Monroe, en la que cursará estudios de Sports Management durante los tres próximos años. El coruñés ha conseguido una beca completa para formarse (el desembolso por cada curso está valorado en unos 30.000 dólares) gracias a sus aptitudes futbolísticas. Vive en el campus y compaginará el aprendizaje con su presencia en el equipo de soccer del college.

En la liga universitaria (NCAA) del balompié ya es un mustang más. Se abre una ventana futbolística, una puerta a otra vida. "Al principio me imponía, me costó decidirme, pero es una grandísima oportunidad. Le estoy muy agradecido al Silva por las facilidades que me dio. Tengo un amigo que acaba de terminar en San Francisco y siempre me decía que lo intentase, que me animase. En el peor de los casos regresaré con una carrera y con un idioma aprendido y dominado. Siempre que apruebe, tengo tres años asegurados e incluso puedo disfrutar de un cuarto para hacer un máster. Y si me va bien, se me abre un gran abanico de posibilidades".

El salto ha sido de un día para otro, pero el cambio de vida llevaba tiempo macerando en su cabeza. Por fin decidido, hace unos meses se puso en contacto con la empresa De Aquí para fuera, una de las que hace de puente entre el talento de las canteras españolas y las universidades norteamericanas. Él, que ha disputado División de Honor de juveniles y ha jugado en el filial de un equipo de Primera, pudo saltarse algunos pasos intermedios, enviar un vídeo y entrar en una base de datos disponible para los técnicos americanos. Quien no tiene tanta suerte o el nivel de Callón pasa pruebas de selección en Madrid o Barcelona, pero a él solo le quedaba esperar. Finalmente, le llamaron y logró que sufragasen la totalidad de sus estudios.

Lleva una semana y media asistiendo a clase, adaptándose a los horarios, a una nueva realidad. Y, aunque no competirá hasta la segunda parte del año, ya pisa un vestuario multicultural, pero que siente cercano. "Tengo muchas horas de clase, estoy feliz. Hasta he podido comer bien, algo que me preocupaba. En el equipo tengo seis o siete españoles, mexicanos, brasileños... Hay de todo, menos norteamericanos. Por ahora, solo nos entrenamos indoor por la nieve. Es fácil entenderse, la verdad es que estoy muy cómodo. Es una universidad pequeña, pero el equipo jugó el año pasado la fase nacional. Físicamente van como aviones, hay mucho ritmo, el nivel es bastante bueno". La guinda es que vive a "20 minutos en tren de la estación de Grand Central".

Su caso se puede extrapolar al de muchos futbolistas de Tercera. En Galicia mantienen viva a duras penas la llama de una ilusión, mientras avanzan en sus estudios o trabajan y van ingresando algo de dinero extra. Todo muy lejos de cualquier consideración profesional. De pensar al día en casa a planificar un futuro al otro lado del charco. "En España llevas dos años en Tercera y, aunque estés bien, sientes que te estancas. Aquí vienes a una universidad nueva, diferente. Las instalaciones no tienen nada que envidiar a las del Deportivo. Mi técnico tiene muchos contactos e incluso al final de cada año te pueden fichar otras universidades. En unos meses haremos partidos de pretemporada y nos desplazaremos a otros estados. Cuidan los viajes en avión, los hoteles... todo".

Su paso por Monroe College y por la NCAA le servirá para formarse, para seguir practicando el deporte que más le gusta, pero también le puede llevar al profesionalismo en EEUU. Cuando acabe sus estudios tiene la posibilidad de declararse elegible para entrar en el Draft (el mismo sistema que se emplea en la NBA) y acabar en uno de los equipos de la incipiente liga, un campeonato en auge, que cada día se abastece más con futbolistas europeos, ya sea fichándolos de entidades del Viejo Continente o a través de la base. El número 1 del Draft de esta temporada ha sido el defensa portugués João Moutinho y en el primer lugar de la segunda ronda se puede encontrar incluso a un exdeportivista como Pol Calvet, que proseguirá su carrera en Los Ángeles Football Club. Jorge Callón no renuncia tampoco a ese sueño algo más lejano en el tiempo. "No me pongo límites. Llego aquí también con la ilusión de convertirme en profesional. Es una posibilidad muy buena. ¿Por qué no?".