El Barcelona venció ayer al Valencia en el Camp Nou (1-0) en la ida de las semifinales de la Copa del Rey y toma una ligera ventaja que deberá defender la semana que viene en Mestalla, que decidirá y a buen seguro será una caldera en busca de la remontada del gol de Luis Suárez, mínimo premio para un Barça que buscó más la portería rival.

Una buena jugada por la izquierda con Jordi Alba y Leo Messi, el director de orquesta, con centro bombeado del argentino tras caracolear, terminó con un potente remate de cabeza de Luis Suárez en el segundo palo, que marcó pese al intento de despeje de Gayà. Ese gol, el único de una noche de pocas aventuras, aventaja lo mínimo a los blaugranas y deja todo abierto.

El Valencia tuvo una oportunidad en el descuento pero el cabezazo de Santi Mina no vio ni portería. Pocas más tuvo un Valencia muy serio que encajó el gol justo en los pocos minutos en que renunció a encerrarse atrás con el cerrojo. El Barça vio luz verde con más espacios en la defensa che y marcó, y pese a que lo siguió intentando no pudo ampliar el margen.

La subida de líneas y una mayor vocación ofensiva del Valencia tras el descanso hicieron que la segunda parte fuese más abierta.