Antonio Carballo y Felipe García supervisan en la Escola Galega de Esgrima las evoluciones de Dylan Fariña. El segundo entiende la doble pasión de su pupilo pues él mismo lo vivió en sus carnes ya que es un enamorado del deporte en general, lo que le ha llevado a pasar por multitud de disciplinas a lo largo de una carrera que le ha llevado por distintos puntos de España e incluso del extranjero. Acaba de llegar, de hecho, de pasar dos meses en Miami (Estados Unidos). Empezó en el colegio con la esgrima, especialidad que le llevó a ser campeón de España, internacional y por la que le nombraron mejor deportista juvenil de A Coruña en 1968. Pasó también por el atletismo, en el que militó en las filas del Deportivo. Ya en Madrid practicó rugby, balonmano y montó un equipo de fútbol sala. "Llevaba treinta años sin coger el florete, pero me encontré por la calle con Antonio y me pidió ayuda. He tenido que aprender a enseñar", reconoce.

Sobre Dylan dice que "es muy rápido y tiene un nivel de técnica alto", aunque debe mejorar la concentración en competición. "Trabajamos para que no se descentre si las cosas van mal y no se relaje si van bien", aclara. "Es muy rápido y muy listo y gracias al fútbol no tiene que trabajar la preparación física y se puede centrar en la técnica", concluye.