El Leyma Coruña salió reforzado de Lleida con una victoria después de dos derrotas seguidas que le ayudó a mirar cara a cara al play off. Pero no hay tiempo para celebrar. Porque de nada servirá ese triunfo si hoy no se repite frente al Cáceres Patrimonio de la Humanidad (Palacio de los Deportes de Riazor, 21.00 horas). Dos pasos para delante. Se acerca la recta final de la fase regular de la competición en LEB Oro y no es momento para mirar atrás. Con Jorge Sanz y Larry Abia, pero sin Hernández-Sonseca, la plantilla dirigida pro Gustavo Aranzana confía en combatir el frío con el calor de su afición para mantener la buena temperatura de su mejor juego.

Cada jornada es lo mismo. La igualdad en el centro de la tabla es máxima. Solo los cinco primeros clasificados (Breogán (21), Prat (19), Manresa (18), Melilla (17) y Oviedo (15)) parecen gozar de una relativa tranquilidad. Por detrás, un pelotón de seis equipos (Castelló (13), Leyma (12) y Valladolid, Palencia, Cáceres y Araberri (11)) separados por solo dos victorias. Y de todos ellos, dos se quedarán fuera. La presión es máxima. Cada partido cuenta. Cada semana es clave. Porque el que se despiste varias seguidas solo puede mantenerse en la lucha si tiene un cierto margen -caso del Leyma Coruña en las dos derrotas previas a su victoria de la semana pasada-, aunque también es fácil reengancharse con un par de resultados positivos.

En esa piña están inmersos tanto coruñeses como extremeños. Los primeros con ventaja y un bagaje de 12 triunfos y 12 derrotas y en busca de la consolidación, una nueva victoria que pueda asentarle definitivamente en los puestos de play off y abrir brecha. Porque el Cáceres está al acecho. Es décimo, es decir, fuera de la zona de play off, pero tiene once victorias y trece derrotas y ganar en el Palacio de los Deportes de Riazor supondría ponerse a la altura de su rival y de nuevo ganar enteros de cara a sus opciones de participar en la lucha por el ascenso a la ACB.

Mientras los naranjas vienen de ganar un importante partido que le reforzó la moral, tanto por la victoria en sí como por la forma en la que se consiguió, el conjunto visitante perdió su último partido, frente al Sammic, lo que le hizo retroceder. Eso le hace más peligroso. Con una línea exterior de lujo y el juego interior liderado por los lituanos Grabauskas y Jakstas, tiene argumentos para no confiarse.