El Madrid será uno de los ocho equipos que juegue los cuartos de final de la Liga de Campeones después de solventar su compromiso en la capital de Francia gracias a los goles de Cristiano Ronaldo y Casemiro en la segunda parte, un triunfo que demuestra la fortaleza de los merengues en el Viejo Continente.

No hay otro club que tenga el ADN europeo del Madrid. Ayer quedó claro en el Parque de los Príncipes, donde volvió a derrumbarse un proyecto forrado a base de petrodólares.

Los pupilos de Unai Emery estuvieron cómodos en el papel de pasivos, sobre todo después de que un desafortunado Benzema tuviese la oportunidad de apuntillar a sus compatriotas al del choque. Incluso Ramos, tras la salida de un córner, avisó a un Areola nada más superar el primer cuarto de hora.

El PSG reaccionó con dos acciones aisladas que llevaron la firma de Mbappé y Di María. El argentino es peor que un dolor de muelas para los rivales, pero ayer no tuvo su mejor día, mientras que la joven perla francesa destacó por su intermitencia y cuando no lo hizo se topó con Varane, un muro.

No fue tan fiero el lobo como lo pintaban. Del PSG goleador y acaparador en el Championat no hubo rastro y el Madrid, acostumbrado a estas batallas, sacó brillo a sus galones nada más comenzar el segundo asalto. Asensio realizó una maniobra exquisita, filtró el cuero entre las piernas de Alves y Lucas le entregó a Cristiano el caramelo.

El portugués marcó de cabeza y llevó la tranquilidad al banquillo del campeón. Además, prolongó el idilio goleador que mantiene en esta Champions. El luso, que ha marcado en todos los partidos, no quiso ser menos en la Ciudad de la Luz y también dejó su sello.

A los diez minutos del 0-1 llegó la segunda amarilla de Verratti, que no supo controlarse en las protestas y puso la alfombra roja a su rival. Con el marcador a favor y un jugador más, los de Zidane sólo tuvieron que dejar a la inercia que hiciese su trabajo. Por mucho que los parisinos forzasen con balones a la espalda para apaciguar la calidad de su oponente.

Asensio, nuevamente, pidió protagonismo con un disparo a la base del poste y acto seguido llegó el turno de Cavani, que puso algo de emoción al partido con un gol de carambola. El uruguayo recibió un despeje de Casemiro. Con Navas vendido fue más que suficiente para colocar el 1-1 y mantener la llama en los locales.

En los últimos diez minutos. Benzema desperdició una más -con Cristiano como socio- y Lucas Vázquez también la estrelló en el palo. Casemiro puso el punto y final a la eliminatoria con un lanzamiento desde la frontal.