El colegiado Roberto Campos Candal se tropezó hace unas semanas con un jugador benjamín que le espetó antes de empezar el partido, "arbi, no te compres". Aquel día, esta anécdota fue la segunda noticia más leída en la edición digital de LA OPINIÓN. Hoy Campos Candal cuenta cómo es realmente el comportamiento tanto de niños como de adultos en los campos de fútbol coruñeses.

- ¿Arbitrar a niños y a adultos es muy diferente?

-Sí, no tengo la misma actitud. Por ejemplo, en los veteranos voy con el cuchillo entre los dientes porque si te relajas te la lían. Tienen mala actitud. En cambio con los infantiles mi presencia es suficiente para que me respeten. Los veteranos son una generación perdida, su talante no tiene solución, me cuesta arbitrarles por sus actitudes. Estás de espaldas y aprovechan para pegar al contrario, lo oyes pero no puedes pitar nada porque no lo ves. Esas cosas me sacan de quicio.

-¿Los padres son lo peor del fútbol base?

-Sí. En el fútbol 8 deberían pensar que es un juego. Hay muchos padres que se creen entrenadores y les dicen a los propios técnicos que su hijo tiene que ser titular, tiene que jugar más... Aunque gracias a Dios se ha relajado el ambiente. Hace muchos años los padres de equipos como el Ural o el Dépor tenían una actitud prepotente e insultaban al árbitro, había que parar el partido y hablar con el delegado. Muchas veces ya eran los padres que estaban alrededor los que calmaban al que insultaba. La cosa ha mejorado, pero todavía se ve la actitud incorrecta de algunos padres en A Torre. Se ponen por delante de las vallas, faltan al respeto? En mis partidos no consiento ningún insulto, me puedo equivocar, pero me implico y corro. No puedes ir a un partido de fútbol 8 a atar botas. Hay que explicarles las cosas, cómo se saca de banda, cómo tiene que sacar el portero?

- ¿Y las madres?

-Muchas veces hay en la grada mamás y abuelas rebeldes que no te insultan pero sí te dicen "¡árbitro qué pitas!". No vale defender a tu niño atacando al colegiado. Una vez en un partido en Cambre una abuela me dijo algo que no entendí desde la grada y el nieto desde el campo le dijo: "Abuela cállate". Ya no la volví a oír.

- Los niños hacen en el campo todo lo que ven en la tele, ¿lo bueno y lo malo?

-Sí. Los chavales llevan las botas de Cristiano, que son muy bonitas, pero se desatan siempre (dice entre risas). Y también copian lo que hacen sus ídolos. El chaval que me dijo "arbi no te compres" lo vería en la tele o se lo oiría a un mayor. Sabe por dónde van los tiros pero estoy seguro de que no tiene muy claro qué es eso de que un árbitro se venda o lo compren. Y también pasa con las celebraciones y los bailes pero eso, siempre que sea respetuoso, es bueno porque ellos saben que el fútbol es un juego. Yo trabajo en el comedor de un colegio y antes de la hora de comer hay un recreo de media hora durante la que ¡¡ tengo que cuidara los niños. Cuando se provocan entre ellos les quito el balón. Esa no es una actitud correcta, y lo ven en la tele, como también ven que todo el mundo le grita al árbitro. Incluso la prensa dice que los colegiados son malos. Lo que tienen que hacer es bajar al ruedo y torear. Desde arriba todo se ve muy fácil.

- ¿Cómo ha evolucionado el arbitraje en los últimos tiempos?

-Antiguamente insultar al árbitro era fácil, y lo normal. Ahora si te insultan, a ti o a cualquiera, tenemos orden de hablar con el delegado del equipo para que llame la atención a la persona que te ha faltado al respeto. Si persiste en esa actitud, yo lo he tenido que hacer alguna vez, se llama a la Policía Local para que lo identifique; y la tercera medida es suspender el partido, pero nunca he llegado hasta ahí. Si es el entrenador el que te insulta, entonces, con el reglamento en la mano, lo puedes expulsar. Queda mucho trabajo por hacer pero las actitudes han cambiado. Un día fueron mis padres a verme arbitrar y mi madre me dijo que no volvía por todo lo que me habían dicho, pero fue hace muchos años.

- Se ha mejorado en el respeto al trabajo de los colegiados, pero todavía falta mucho, ¿cómo se puede seguir mejorando?

-Hay que tener cintura y psicología para arbitrar. Las tarjetas están en el bolsillo pero solo con tarjetas no te haces con el partido. Tienes que hablar con los niños y que vean que estás ahí. En veteranos hay que hacerse notar y ser autoritario para ganarse el respeto de los jugadores. Pero desde los clubes tienen que ayudar. Hay entrenadores de porteros y preparadores físicos, pero falta enseñar el reglamento y las actitudes correctas en un campo de fútbol. Mi idea es seguir trabajando con niños y ser esa figura que falta, esa persona que sepa de fútbol y el reglamento, y que enseñe a los niños desde pequeñitos lo que es una falta, cómo saca? Muchas veces ni los entrenadores saben esas cosas.

- ¿Les prepara el colegio para todo lo que les pueda pasar?

-En los cursillos siempre hablamos de situaciones que nos han ocurrido y nos damos consejos entre compañeros, pero no tenemos un psicólogo o alguien que nos ayude a manejar esas situaciones. Vamos a la guerra a pelo. Lo que les digo yo a los jóvenes, por mi experiencia, es que hay que tener mirada de tigre. Si muestras miedo estás perdido. Tienes que enseñar los dientes porque mucha gente viene al fútbol a desahogarse de sus problemas personales. Pero si no fuera por nosotros no habría fútbol. Estaría bien que cada vez que hubiese un error fuese el árbitro a decirle al jugador que ha fallado lo malo que es. Si es normal que en Primera haya errores, imagínate nosotros que estamos solos sin asistentes y tenemos que verlo todo. Ya bueno es que corro y tengo actitud.

- Nunca ha pasado miedo en un campo de fútbol pero, ¿y buenos momentos?

-He tenido la suerte de nunca tener que llamar a la Guardia Civil, aunque sí he tenido momentos difíciles de esos que dices "me van a dar, me van a dar"... Y buenos sí que recuerdo varios. Pité el partido de ida de una final de la Copa da Costa Corme-Ponteceso. Venía conmigo de asistente Rubén Eiriz, que ahora está en Segunda División, y en una jugada me dieron un balonazo que me saltó la lentilla. Un jugador la encontró, y estaba rota pero bajé al vestuario y me la recoloqué. Al subir las escaleras para salir al campo todos los aficionados estaban de pie aplaudiéndonos. Este fue uno de los momentos más gratos que viví. Al acabar el partido bajó el alcalde a saludarnos.

- ¿Se parece en algo su arbitraje con el de Primera División?

-No. En Primera están continuamente insultando al árbitro y no pasa nada, si yo no consiento absolutamente nada en fútbol 8 es increíble que ellos no metan caña. Si arbitro en Primera, ¿qué miedo voy a tener en el Camp Nou? Vete tú solo, sin asistentes, a hacer un Camariñas-Muxía de Tercera Regional, con 22 jugadores y más de cien personas en la grada.

- Poco a poco están entrando las mujeres tanto en el fútbol como en el mundo arbitral, ¿se les respeta?

-También se mejoró en el respeto a las chicas pero todavía hay ciertas actitudes de colegiados muy veteranos que no se pueden tolerar. Tú no puedes mandar a una chica a fregar platos. Si ser árbitro tiene mérito, lo de ellas se multiplica. En Galicia tenemos árbitras muy buenas. Como jugadoras, son muy competitivas y tienes que estar muy atento. El punto físico es donde notas la gran diferencia con respecto al fútbol masculino, aunque el femenino es más limpio, a mí me gusta más.