Ni costosa para las arcas del Concello de Vigo. Ni gravosa para el tráfico de la ciudad. Y, desde luego, "ajustado a la legislación". Dos días después de que el Concello presentase un informe en el que advertía de que la ciudad deportiva proyectada por el Celta en Mos podría "dañar" las finanzas y el comercio de Vigo, ayer el presidente del club celeste, Carlos Mouriño, reivindicó la validez de su propuesta. En su primer acto en la sede de Príncipe tras su inauguración -el 17 de marzo-, Mouriño insistió en que la infraestructura de Mos no afectaría ni a las infraestructuras de Vigo ni tampoco a las arcas locales.

Una de las objeciones planteadas por los técnicos municipales es que el complejo de Mos necesitaría una inversión en infraestructuras que "entrañaría serias dificultades" para el Concello de Vigo, el organismo que, a priori, debería asumir su coste. Los técnicos centran su atención en tres focos: el transporte urbano -un informe de Mos apunta que habría que reforzar los enlaces con Vigo-, la necesidad de invertir en la red de abastecimiento de agua y el impacto también sobre las carreteras a la ciudad deportiva del Celta.

A mayores, advierten de que la actuación "no se ajusta enteramente a derecho" y cuestionan el tamaño del estadio que el club proyecta en Mos para sus filiales, con capacidad para 11.000 espectadores, más del doble que el actual.

"Afirmamos con rotundidad que absolutamente todo lo que estamos haciendo en Mos es legal", recalcó Mouriño, quien asegura que si el Concello cuestiona su validez es porque "no lo estudiaron bien o quieren, otra vez, entorpecer el proyecto de futuro del Celta". Sobre el transporte urbano, Mouriño explicó que el complejo proyectado en Mos no necesita ese servicio -"nos resulta igual que Vitrasa vaya o no", zanjó- y sobre su impacto en las carreteras explicó que el presupuesto del proyecto incorpora una partida de 20 millones para "vías de comunicación con Mos".

"Tenemos la suficiente infraestructura considerada en el proyecto para que no tengamos el más mínimo problema de transporte", recalcó el presidente del Celta. Durante su intervención aseguró también que el agua no supondrá un problema. Incidió en que el club pagará su consumo y que, en el caso de no alcanzar un acuerdo con el Concello de Vigo, podría surtirse de la presa de Os Valos.

En lo que más énfasis puso sin embargo Mouriño fue en defender que el complejo se ajusta a la normativa. "Tenemos todos los avales, desde el de la Xunta hasta el de los técnicos particulares", concluyó: "Pese a quien le pese, y le va a pesar mucho, el proyecto de la ciudad deportiva de Mos se hará".

En una intervención en la que empezó reconociendo su "asombro y estupor" por las objeciones del Concello, Mouriño se mostró muy crítico con la actitud del Gobierno local. "Se desmarca de los acuerdos que teníamos y al final lo único que hace es confundir al celtismo y a la ciudad", explicó el directivo celeste. Según detalló, club y Ayuntamiento habían llegado al acuerdo de que el Celta aceptaría, "no de buen grado", la concesión del estadio de Balaídos a cambio de que el Concello "no se entrometía en la ciudad deportiva".

"Se hizo un compromiso y ahora se rompe unilateralmente y sin ninguna justificación. ¿Quién la rompe? El de siempre, el que quiere que crezcamos, que no hagamos nada, que estemos supeditados a lo que a él se le antoje y quiera. Alcalde, no me sometes", anotó Mouriño. Por esa razón, poco después, aseguraba que el acuerdo entre Concello y Celta está "roto" . "Y esa rotunda me obliga a deciros que no tengo por qué respetar el acuerdo de la concesión de Balaídos. Que me tiene sin cuidado si quiere gastar dinero en él o no. Pero que como se siga entorpeciendo la ciudad deportiva de Mos, no existirá convenio con Balaídos", concluyó con rotundidad.

Quien lleva las riendas del Celta insistió en su voluntad de "hacer cosas en Vigo y por Vigo", pero lamentó que "no nos dejan". A modo de ejemplo mostró su malestar con que "tras diez años de permanente lucha" para construir una ciudad deportiva en Vigo, ahora Praza do Rei "nos lo pone todo fácil". "Una vez más se mezcla la política con el deporte", denunció Mouriño, quien habló incluso de "populismo". A la pregunta de si las relaciones con el Concello estaban rota, abrió sin embargo la puerta a aproximar posturas:" Ahora está tremendamente dañada, pero siempre estoy dispuesto al diálogo".