El Barcelona encarriló la eliminatoria de los cuartos de final de la Liga de Campeones ante el Roma, un partido extraño que se decidió a trompicones, con dos tantos en propia puerta del conjunto italiano, que no fue capaz de contrarrestar la pegada azulgrana.

El equipo barcelonista se acercó a las semifinales de la máxima competición europea gracias a dos primero tantos de De Rossi y Manolas en propia puerta, que le allanaron un segundo tiempo descontrolado en el que hubo cuatro goles.

Avisó Ernesto Valverde en la previa que el principal peligro del Roma eran sus bandas. Quizá por ello sorprendió de inicio con la entrada de Semedo y la ausencia de Dembélé. Un dibujo más parecido a un 4-4-2 con Sergi Roberto en la medular.

La fórmula al preparador extremeño no le acabó de funcionar en el primer tiempo. Su equipo se pareció demasiado a la versión que mostró en el Sánchez Pizjuán, si bien los romanistas no generaron las ocasiones del Sevilla.

La presión defensiva de los pupilos de Di Francesco incomodó a Iniesta, Busquets y Messi. Este último, muy vigilado por un rapidísimo Manolas, tampoco acabó de mostrarse fino.

El primer tiempo se le hizo largo al conjunto italiano. En los últimos quince minutos le costó salir con el balón desde su área y el Barcelona empezó a sentirse cómodo.

Tras la reanudación, se repitió el guión del primer tiempo. El Roma, ambicioso, buscó al Barcelona en su área, que seguía perdiendo balones con facilidad. Avisó el Barça y marcó los dos tantos que dejaron al Roma sin respuesta.

Dzeko, en el 80, cazó un balón en el interior del área y marcó un tanto que parecía que mantenía en vida a su equipo. Pero en el 87, apareció Luis Suárez con un gol de 9 para hacer el cuarto azulgrana.