Aún no está hecho pero será cuestión de horas. Renault apela a la prudencia y habla de que la negociación con Fernando Alonso "sigue su curso, pero todavía no ha concluido". En el entorno del piloto siguen enrocados en el mutismo. "Hay más opciones y no tenemos ninguna prisa". Es el eterno discurso, el mismo que manejan desde el banderazo final en Brasil, cuando tampoco se apuraron parar finiquitar la relación con McLaren. Pero en la escudería del rombo ya se frotan las manos por recuperar el filón perdido. Si todo marcha como está previsto, el presidente de la compañía, el brasileño Carlos Ghosn, ejercerá su mando y anunciará a bombo y platillo un acuerdo por dos años con el asturiano Fernando Alonso, bicampeón con Renault.

Los asesores del piloto seguían revistiéndose de prudencia después de conocer que Renault no tendría que soportar la carga de una sanción por poseer datos de McLaren, pero la verdad es que están más cerca que nunca de completar con una firma el único hueco que sigue en blanco en el contrato que los unirá por dos años. Un compromiso tras el que subyace la sombra de Ferrari, la meta que buscará el piloto después de terminar su segunda etapa junto a Flavio Briatore, director de Renault. El esfuerzo de la escudería francesa llega hasta cantidades muy similares a las que percibía en McLaren, superiores a los 20 millones de euros anuales.

Para acoger a Fernando Alonso, Renault prepara un R-28 que romperá con el monoplaza de esta temporada. La marca abandonó el desarrolló del bólido a mitad de la temporada para construir un coche que vuelva a ser ganador.

La reedición de un binomio que fue ganador guarda, no obstante, algunos aspectos diferenciadores de la primera relación. En este viaje ya no estará Telefónica en el apartado de patrocinadores y Briatore ha encontrado el necesario apoyo económico en el mexicano Carlos Slim, magnate de las comunicaciones en América. Su influencia y sus intereses en Brasil pondrán con seguridad a Nelsinho Piquet -hijo del tricampeón Nelson- al lado de Alonso, toda vez que Fisichella ya está fuera del equipo, y que Kovalainen podría seguir el mismo camino, aunque con rumbo a McLaren, para completar un intercambio de cromos y el inevitable efecto dominó tras la decisión de Alonso. La única duda que le queda a Ron Dennis es la bisoñez del finlandés a la hora de desarrollar el monoplaza, un apartado en el que Hamilton todavía está en fase de aprendizaje.