En toda buena película hay un protagonista principal que es el que suele llevar el peso y arreglar cualquier entuerto, erigiéndose como el gran salvador. Pero en ocasiones, aparece un héroe inesperado, silencioso y dispuesto a arrebatar ese rol. Ese hombre ante el Nàstic fue Xisco. "Solo" tuvo que empujar la pelota, gracias a un gran centro de Guardado por la derecha.

"Es el gol más importante de mi carrera, sin duda. Sobre todo por todo lo que significa", remarca. No fue la diana más bonita, ni siquiera la más difícil, pero, sin ninguna duda, puede valer su peso en oro. Medio billete para el ascenso, el otro lo puede lograr el conjunto de José Luis Oltra si vence pasado mañana al Huesca.

Hasta el gol en ese último cuarto minuto de prolongación -que ante el Nàstic dio una alegría y la victoria, y contra el Valladolid un pequeño disgusto y el empate- los blanquiazules tuvieron que remar mucho y luchar contra la ansiedad que suponía irse con unas tablas de la casa del colista tratando de mantener la cabeza fría.

"Sufrimos todo el partido y no estuvimos muy bien. Había mucha presión sobre el equipo, si no conseguíamos estos tres puntos nos la jugábamos a dos partidos, teníamos que sumar los seis puntos sí o sí", admitía el punta, que reconoce que este triunfo, "libera un poquito", al mismo tiempo que "da confianza" al grupo para "afrontar los dos próximos encuentros".

Una diana cuando, como diría Arsenio Iglesias, "ya no quedaba ni tiempo para respirar", que despojó de toda la carga y presión que tanto jugadores como cuerpo técnico arrastraban en el Nou Estadi. Un estadillo de lágrimas tanto del protagonista como del resto de muchos de sus compañeros, pero que hace poco más de un año tenían un amargo sabor. La alegría salía desbordada a borbotones. "Son lágrimas pero totalmente diferentes. Las del año pasado fueron por pena y esta vez son por alegría", indica el nueve blanquiazul.

Queda ahora cerrar definitivamente la vuelta este domingo en Riazor, estadio talismán para los blanquiazules en el que solo han cedido dos empates (Nàstic, Valladolid) y una única derrota ante el Hércules, pero Xisco aparca la fiesta hasta que el equipo deportivista tenga el pase a Primera división en el bolsillo. "Aún tenemos que rematar la faena, no hemos conseguido nada", advierte. Falta rubricar el ascenso y quién sabe qué nombre de jugador se escribirá con letras de oro en la historia del club. Quizá aparezca un nuevo héroe.