Con los minutos que jugó el sábado frente al Rayo Vallecano, Juan Carlos Valerón (Arguineguín, 1975) redondeó la cifra de partidos disputados como blanquiazul en Liga desde que se incorporara al club en verano del año 2000. El centrocampista canario suma ya 300 encuentros (261 en Primera División y 39 en Segunda) como deportivista en el campeonato de la regularidad, cerca de jugadores con los que coincidió durante su trayectoria en el equipo, pero muy lejos todavía del mito doméstico.

A Valerón le separan tan solo tres partidos para alcanzar a Donato en la clasificación de los deportivistas con más partidos en Liga -42 si se atiende exclusivamente a los disputados en Primera División-, pero se queda muy lejos de la marca establecida por un jugador a quien sin embargo ha sustituido como referente para la grada.

Tras 435 partidos ligueros (550 si se contabilizan los de Segunda) con Fran se marchó no solo el jugador blanquiazul con mayores registros, sino también el emblema de la entidad. El de Ribeira representaba la figura sobre la que mirar cuando sobrevenía la zozobra. Valerón, en parte, ha asumido ese rol dentro de la plantilla.

No fue inmediatamente después de la marcha del antiguo capitán cuando el canario se convirtió en el referente del vestuario. El papel secundario al que lo relegó Miguel Ángel Lotina después del rosario de lesiones que sufrió se transformó en un protagonismo sin fisuras con la llegada de José Luis Oltra al banquillo blanquiazul.

Ha sido con el técnico valenciano con quien Valerón ha vuelto a los números de sus temporadas más importantes en el club. El año pasado jugó 39 partidos y este año ha comenzado como titular en todos menos en el disputado en el Santiago Bernabéu.

"Yo no pongo a Valerón porque sea querido o no", puntualizó sin embargo el entrenador durante el acto de inauguración de la ronda del Deportivo. El centrocampista funciona en ocasiones como el pilar sobre el que se asienta la propuesta del técnico. Sin él sería más complicado digerir el discurso de Oltra, que muy pocas veces ha introducido matices a sus esquemas.

Quizá por eso Valerón apenas ha sido suplente bajo su dirección y ha podido incrementar sus números como deportivista. El valenciano decidió prescindir de él por decisión técnica la temporada pasada ante el Huesca y le dio descanso con el ascenso ya consumado. Este año lo relegó al banquillo ante el Madrid, pero lo recuperó el sábado ante el Rayo Vallecano con la esperanza de que el equipo mejorase la imagen ofrecida una semana antes en el Santiago Bernabéu.

Que Valerón es el jugador más querido de la plantilla no lo puede discutir ni Oltra -hoy mismo recibirá un homenaje de la Peña Bodipo Casa Freire por sus 300 partidos-. El año pasado un grupo de aficionados propuso que el canario fuera homenajeado durante el minuto 21 de cada encuentro en Riazor. A algunos les pareció excesivo; a otros un reconocimiento a la fidelidad del jugador, a quien todos miraron la fatídica noche del descenso.

El jugador respondió ampliando el compromiso sobre el campo que firmó con Lendoiro en 2010 y que le permite seguir vinculado al club en los despachos en cuanto lo desee. A tiro tiene la cifra de Donato como deportivista y todavía puede cuestionarle a su compañero Manuel Pablo, con quien prácticamente llegó de la mano, sus números como jugador blanquiazul.