Pizzi protagonizó ayer el susto de la jornada matinal en Abegondo, ya que tuvo que recibir asistencia médica por culpa de su tobillo derecho, renqueante desde el golpe que recibió frente al Betis en el estadio Benito Villamarín el pasado 29 de abril. El doctor Ramón Barral se acercó rápidamente a su posición para atenderlo y a él se unió también el técnico, Fernando Vázquez, preocupado por el estado físico del portugués. Por suerte, todo se quedó simplemente en un susto y el extremo pudo reincorporarse al grupo y completar todas las tareas con normalidad. El domingo, salvo recaída, podrá jugar de inicio.