Todos a una. Todos a Málaga. Fernando Vázquez se llevará a tierras andaluzas a la plantilla al completo, incluidos los lesionados, consciente de la enorme trascendencia del partido del domingo en La Rosaleda, donde una victoria del Deportivo podría significar la salvación matemática, siempre y cuando el Zaragoza pierda en el campo del Betis. Esa posibilidad de garantizar la permanencia sin necesidad de prolongar el sufrimiento hasta la última jornada es lo que ha hecho que el entrenador decidiera finalmente incluir en el desplazamiento a todos sus jugadores.

Esta vez nadie se quedará fuera, ni por motivos técnicos ni tampoco físicos. Un nuevo ejemplo de la total unión que existe en el vestuario, ajeno a cualquier cuestión extradeportiva que pueda desviar la atención. Después de una temporada amarga durante muchos meses, el Dépor afronta las últimas dos jornadas dependiendo única y exclusivamente de sí mismo para salvarse, algo que podía resultar impensable hace apenas unas semanas. El equipo supo sobreponerse a las adversidades para, de la mano de Vázquez, completar una remontada espectacular.

Su trayectoria es claramente ascendente, al contrario que la de la mayoría de sus rivales directos, y una de las claves de esa asombrosa reacción está en la unión total dentro del vestuario. Ayer el equipo volvió a hacer piña tras el entrenamiento matinal para degustar el churrasco preparado, fundamentalmente, por Germán Lux. El argentino acata su suplencia con deportividad y siempre trata de sumar, anteponiendo el bien común al individual. Apoya a sus compañeros, fomenta la cohesión del grupo y trabaja a diario como el que más. Su caso ejemplifica a la perfección el carácter sano de la plantilla blanquiazul, cuyos lazos se vieron aún más fortalecidos en los malos momentos de la temporada, que fueron muchos. Jesús Vázquez, otro de los que siempre suman pese a no tener demasiado protagonismo, también se dejó ver frente a las brasas.

Todos tratarán de arrimar el hombro el domingo en Málaga, incluidos los lesionados Carlos Marchena, Manuel Pablo y Diogo Salomão, y Laure, que acaba de recibir el alta médica. No faltará nadie porque la ocasión lo merece. En La Rosaleda el Deportivo se juega la primera de las dos bolas de partido que tiene para culminar con éxito la temporada. Tiene la salvación a tiro y puede dar otro paso de gigante hacia la meta, quizá el definitivo. Si el domingo se produce la carambola salvadora -victoria del Dépor y derrota del Zaragoza- Vázquez tendrá a todos cerca para repartir abrazos.