Juan Carlos Valerón vivió el pasado sábado su día más amargo en las trece temporadas que jugó en el Deportivo. Quería despedirse dejando al equipo en Primera e hizo todo lo humanamente posible para que así fuera, pero no pudo evitar la condena. Acabó desconsolado, por su adiós y sobre todo por volver a Segunda al año siguiente de regresar a la elite. Fue el tercer descenso de su carrera -sufrió uno con el Atlético y dos con el Dépor- pero ninguno le dolió tanto como este. Se marcha un grande, uno de los futbolistas más importantes de la historia del club desde su fundación en 1906, a la altura de mitos como Acuña, Chacho, Bebeto, Fran o Mauro Silva.

Su decisión de abandonar el Deportivo era firme desde hacía algún tiempo y trascendió en el vestuario desde hace aproximadamente un mes. Atrás quedan trece temporadas en las que acumuló más de 400 partidos con la camiseta blanquiazul, 289 de ellos en Primera. Su palmarés con el Deportivo: una Copa del Rey, la del Centenariazo (2000), y dos Supercopas de España (2000 y 2002). Tres títulos oficiales a los que hay que sumar cinco participaciones consecutivas en la Champions, con triunfos en campos emblemáticos como Old Trafford o el Olímpico de Múnich, y otras gestas como el 4-0 al Milan que dio el pase a la semifinal contra el Oporto en 2004.

Llegó en el verano de 2000 junto a los también exatléticos José Francisco Molina y Joan Capdevila, y desde el primer momento se ganó el corazón de todo el deportivismo por su talento futbolístico y también por su extrema bondad. Querido por todos, se convirtió en el gran ídolo de la afición y supo llenar el vacío que dejaron Fran y Mauro tras retirarse. Llegó a ser un fijo en la selección, con la que disputó 46 partidos internacionales, y solo las lesiones lo frenaron momentáneamente justo en su etapa futbolística más dulce.

En septiembre de 2002 sufrió una fractura del tercio medio del peroné izquierdo, por una dura entrada de Peña. En enero de 2006 se rompió el ligamento cruzado anterior de la misma rodilla en un Dépor-Mallorca. Fue intervenido y en julio de 2006 se volvió a lesionar ante el Benfica. En enero de 2007 recayó en un entrenamiento. Pero nunca se rindió y acabó volviendo con más fuerza que nunca para acabar sus trece años en el Deportivo como titular indiscutible. Se va hasta cuando él quiera. Antes, todavía tendrá un merecido homenaje.