Fernando Vázquez lamentó que la fragilidad defensiva del Deportivo a balón parado volviera a penalizar a su equipo, como ocurriera varias veces en las primeras jornadas. "Siempre dijimos que era nuestra asignatura pendiente y lo sigue siendo. Encajar así diez goles de los catorce es excesivo. Algo tendremos que hacer. Buscaremos una solución porque la sangría es demasiado fuerte", señaló al respecto el técnico blanquiazul, quien se refirió a los automatismos que tiene preparados para ese tipo de acciones. "Nosotros marcamos combinado, con algunos marcajes individuales y otros zonales. Unos marcan por asignación y otros por espacios. Combinamos las dos cosas y la mezcla es basura. Somos conscientes de eso. La cosa no funciona. Algo tendremos que hacer para el año que viene", prometió Vázquez.

Fue lo que más lamentó, junto con el paso atrás que dio su equipo al inicio de la segunda parte. En vez de ir a por el 3-1, que hubiera sido prácticamente la sentencia, el Dépor reculó y dio vida al Numancia, que acabó empatando e incluso adelantándose en el marcador. "En cuanto a fútbol superamos al rival, excepto 18 minutos del segundo tiempo en los que salimos un poco atontados o quizá conservadores. El equipo se quedó un poco dormido tras el descanso -recalcó Vázquez-. Poco a poco fue cambiando y volvió a la vida. Dio la sensación de que el equipo estaba cansado pero no era cuestión de condición sino de ponerle pasión y de tener ganas de buscar la portería contraria".

Inconscientemente el equipo se echa atrás cuando toma ventaja y eso es "otro punto para mejorar". Reconoce que "son cuestiones difíciles de arreglar" porque tienen que ver con la psicología de los futbolistas. "Tenemos que solucionarlo porque nos cuesta entrar rápidamente en el partido al inicio de cada parte y esta vez lo pagamos caro. Si hubiéramos marcado el tercero, posiblemente el rival no habría reaccionado. Lo que había que hacer era buscar el tercero y no quedarnos parados. Es algo inconsciente y, por lo tanto, difícil de solucionar. No tengo un botón mágico. Me llaman Harry Potter pero a tanto no llego", bromeó.

En esta ocasión, el Dépor se metió atrás no por una orden suya, sino por la inercia de querer defender a toda costa la ventaja: "Otros días reconozco que sí, pero esta vez no fue así. A mí no me cuesta replegar al equipo y quizá si lo hubiera hecho esta vez nos habría ido mejor. Son decisiones que se toman rápido". En cualquier caso, se marchó satisfecho por la exhibición ofensiva que el Dépor hizo en la recta final, primero para empatar y luego para buscar el gol del triunfo. "El equipo estuvo bien, con muchas ganas, y hubo momentos en los que enganchaba. En el cómputo global estuvo intenso, apasionado, con verticalidad y creando ocasiones", analizó el de Castrofeito.

También se refirió a la actuación del colegiado Arcediano Monescillo, quien fue "injusto" con el Deportivo en "algunas acciones decisivas", sobre todo el primer gol del Numancia en fuera de juego y la tarjeta roja que, en su opinión, perdonó a Juanma. Sobre su trifulca con Bedoya camino de los vestuarios tras la primera parte, dijo lo siguiente: "Hubo un futbolista mío que dijo no sé qué, y un futbolista de ellos se chivó como que el nuestro estaba diciendo eso al árbitro. Me pareció impropio y le llamé la atención. Al final hablé con él y lo arreglamos perfectamente".